La Policía Nacional detuvo en Madrid a cinco personas, lideradas por un hombre que había cumplido condena por matar a un agente, que conformaban una activa banda especializada en atracar bancos y que, al ser arrestados, iban altamente armados para disparar a los funcionarios policiales.

Así lo relataron ayer la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa; el jefe superior de Policía de la región, Alfonso José Fernández, y el comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, José Luis Conde.

Los cinco arrestados, todos españoles de entre 27 y 62 años y con antecedentes, ya ingresaron en prisión acusados de once atracos en bancos, diez de ellos consumados y otro en grado de tentativa.

Lo hicieron en diferentes zonas de Madrid y llevaban un botín acumulado de 200.000 euros.

Su "modus operandi" consistía en asaltar los bancos a primera hora disfrazados con máscaras de silicona y ropa de trabajo. Esperaban a los empleados y, tras intimidarles con armas, les obligaban a accionar los sistemas de retardo de los cajeros automáticos y de las cajas fuertes.

El jefe de la Brigada de Policía Judicial detalló que eran "extremadamente peligrosos" y "experimentados", como demuestra que el cabecilla había cumplido condena por matar a un policía en 1996 en un atraco a una oficina de Correos y otro de los detenidos por herir gravemente a un vigilante de seguridad.

Además, al ser arrestados recientemente llevaban abundante munición de recarga "para continuar un tiroteo con la Policía" si les descubrían.

Pero esto no ocurrió porque los investigadores les tenían bien vigilados y, cuando supieron que iban a actuar en una sucursal del BBVA del distrito de Charmartín el pasado día 11, avisaron al GEO y lograron arrestarles sin darles tiempo a reaccionar.

La investigación sobre esta banda comenzó en 2013, cuando se supo que un grupo estaba cometiendo atracos a bancos en los que entraban disfrazados con pelucas, máscaras e incluso lentillas de colores, para a continuación atar a los empleados y obligarles a activar la apertura de las cajas fuertes.

Lo hacían a primera hora, cuando la persona que abría la sucursal -normalmente el director- llegaba a la misma, y tras haber estudiado "minuciosamente" el trabajo en la oficina y los momentos en los que podrían conseguir más botín.