Desde Tenerife se embarcaron ilusiones, buenos diseños y grandes artistas, con destino a la pasarela más prestigiosa de ceremonia y fiesta. Costura España esperaba a los talentos de la Isla, con el ansia de poder admirar a creativos que, por primera vez, en desfile propio, demostrarían que Tenerife es más moda que nunca. Todo aconteció en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles de Madrid, durante la tarde del 19 de abril. Las tres marcas que pertenecen a Tenerife Moda arrasaron sobre la deseada tarima.

En una charla cercana y afable, el vicepresidente del Cabildo de Tenerife, Efraín Medina, nos confesaba, aún con los ojos brillantes y "orgulloso del trabajo de las firmas que están alcanzado éxitos y una futura comercialización inimaginable", que lo que se vivió en aquel "front row" fue simplemente "maravilloso".

Amarca.- Se lanzó fuerte y arriesgada a una pasarela cargada de silencio y expectación. Los jóvenes Ithaisa García y Sergio López exponían, seguros y confiados, los treinta diseños que desde La Orotava se crearon para el mundo. Su colección "Bremusa" denotaba que aquellas piezas estaban pensadas para una "mujer salvaje".

Faldas pesadas, escotes asimétricos, transparencias prudentes. Encajes trabajados que cedieron el protagonismo al damasco que se dibuja en oro, sobre la suave piel de la modelo. Feminidad evidente, que se acentuaba con la cintura muy marcada.

Conscientes de la delicadeza que las prendas precisan, y del movimiento que de ellas se espera, en algunas de las propuestas el cuello cerrado cedía el espacio al escote en pico, rematado con una delicada blonda que sugiere pero no enseña. Las pecheras de gasa hablan por sí solas, arropan algún aplique, que se repetirá en modelos de pecho drapeado.

Brazos vestidos por calados dispersos para lograr el sutil aspecto empolvado. Otros tupidos, que hacen volar a la imaginación. Mangas amplías y vaporosas. Hombros que se cubren por capelinas con volantes, o que se acentúan con pequeños adornos de tul.

El largo, siempre elegante, comparte escenario con el corto perfecto, protagonista de momentos sensuales que bailan al son del encaje amarillo pálido. El tono pastel rompe con los clásicos blancos y los interesantes grises, protagonistas de la amplia propuesta.

Sedomir Rodríguez de la Sierra.- Sin título para la colección, se creó cierta inquietud, aunque en el fondo todos sabían que Sedomir Rodríguez de la Sierra preparaba algo que dejaría al público sin palabras. Nadie se equivocó. El diseñador, que arriesga, que rompe y que ve más allá de lo que es evidente a los ojos, no escatimó en color, ni en formas, ni en materiales.

Generoso con los tejidos, logró faldas amplias, con movimiento, que juegan con cada paso de quien las modela. Un hombro al aire, en el otro una favorecedora lazada. La belleza del rostro se decora con prácticamente cualquier tipo de escote: halter, a la caja, "strapless" o de pico.

El color de la riqueza viste desde la cabeza hasta los pies a una mujer fuerte, que se atreve con la danza de las delicadas plumas, atrevidas a la hora de vestirse de colores. La monocromía es una decidida apuesta, desde los más intensos hasta los más sutiles que se cuelan en telas dibujadas. Apliques en la misma gama consiguen pinceladas chispeantes. El juego entre los tonos guinda, azul plomo, blanco limpio, oro viejo o berejena.

La elegancia se hacía latente y con estos diseños se rompe con los prototipos que se habían presentado durante la jornada. El lado más femenino se acentúa con cinturas abrazadas, faldas de vuelo hasta la rodilla, cuerpos de pomposa cola, espaldas descubiertas, pantalones de talle extraaltos con cierto parecido a los trajes de luces, abrigos "maxi", o con las sugerentes capas. Rodríguez de la Sierra decide acompañar sus creaciones con la joyería, sencilla y cuidada, que diseña María Cuesta.

Los tocados, hombreras y complementos, que acentúan la majestuosidad de los estilismos, corre a cargo de Marisa Velázquez de By Loleiro. Con pespuntes perfectos, puntadas magistrales, patronaje cuidado y tejidos elegantes, el comentario era claro: "Este diseñador tiene un talento que se sale de lo normal".

Juan Carlos Armas.- Con plumas, gasas, brocados y plumeti entre otros materiales, Juan Carlos Armas volvía a mostrar la maestría a la hora de hacer uso de aguja y el dedal. El diseñador, ya consagrado, no tuvo reparo a la hora de darle forma a volantes que jugaban como alas, a fornituras que produciendo luz ofrecían brillantes destellos. El creativo fue muy capaz de ver mezclas en tejidos que nada tienen entre sí.

La colección "Fado" envolvía en los sonidos las faldas, el embrujo de los vestidos y el alma de los diseños. Armas ya había paseado por esta pasarela, recibiendo calurosos aplausos. De alguna manera, ya sabía la magia que producía su trabajo.

Con aires portugueses, de las emblemáticas calles de Lisboa, de las plazas de Oporto o de cualquier punto del Algarve, la esencia de su isla natal seguía estando presente. El maestro de las argollas, Juan Gil Melián, fue muy capaz de captar el corazón de las propuestas y acompañarlo por los aros que se inspiraban en las baldosas tradicionales lusas.

Un artista de esta dimensión podría dar a pensar que ya todo estaba hecho, muy distinto a lo que realmente es este güimarero de corazón. Justo después de la presentación nos aseguraba que estaba feliz, que el resultado volvía a ser grande, que tanto él como su admirado equipo estaban más que satisfechos de volver a dejar el pabellón de la moda de Tenerife bien alto.

Las tres colecciones habían visto la luz. Cada firma apostó por lo que soñó, entre ellos nada tenían en común, sin embargo todos confiaron el último paseíllo, en Costura España 2016, a la gran modelo tinerfeña Sara San Martín.

A la vista quedó que Tenerife es más moda que nunca.