Llegó a la Universidad con la intención de insuflar ilusión y devolver a la institución su papel en la sociedad. Antonio Martinón está a punto de cumplir doce meses al frente de la institución lagunera. Cree que durante este tiempo se ha conseguido mejorar la relación de la ULL con el "mundo económico", uno de los ejes principales de su política.

¿Qué está siendo lo más difícil de asumir como rector? ¿Qué no era como esperaba?

Los cambios exigen hablar y eso lleva tiempo y la máquina administrativa tiene la potencia que tiene, también. Creo que ese sería el resumen: todo va más lento de lo que me gustaría.

¿Ha sentido que la Universidad está lo suficientemente arropada por las instituciones públicas y la sociedad en general?

En general sí. Las instituciones públicas y el mundo económico lo hacen. Hay una frase que se repite mucho, que es que la Universidad está desconectada de la realidad social, del mundo empresarial. Eso no es verdad. Nosotros tenemos firmados centenares de convenios con instituciones y empresas. ¿Estamos arropados? Bueno, a mí me gustaría estarlo más, bastante más arropados, y es uno de los ejes principales de actuación. Nos gustaría sentir más el aprecio, el calor, el apoyo, del conjunto de la sociedad.

¿Se responsabiliza en exceso a la Universidad de los índices de inserción laboral de los titulados superiores? Canarias está a la cola en universitarios trabajando...

Es una continuación del altísimo nivel de desempleo que hay en Canarias. Es verdad que los universitarios canarios son los menos empleados a nivel nacional, pero porque el paro en Canarias es de los peores. Creo que una cosa va ligada con la otra.

¿Le molesta que se lo echen en cara?

Sí. Es bueno tener claros los datos, porque eso nos ayuda a hacer una política más razonable. Pero poner el acento, que es lo que se suele hacer, en los datos negativos, distorsiona la realidad. Hay informes de prospectiva que dicen que en los próximos 20 años los trabajos que se van a crear son empleos para universitarios. O sea, que esa idea de que tenemos muchos universitarios no es verdad. Yo he escuchado decir al presidente de la CEOE de la provincia que uno de los problemas que tenemos en Canarias es que el sistema económico canario no es capaz de incorporar a los estudiantes universitarios cuando acaban. Más que verlo como un defecto del sistema universitario, yo creo que hay que verlo como un defecto de la sociedad. La sociedad no es capaz de incorporar a gente preparada, valiosa, con ganas de comerse el mundo. En esa línea hemos puesto en marcha el Plan Piles, que significa Plan de Inserción Laboral de Egresados Superiores. El Piles consiste en que nosotros, las dos universidades, damos una formación previa, básica, de habilidades y competencias transversales, y luego los egresados están seis meses en una empresa. Y estamos hablando de mil egresados cada año en toda Canarias. Si esto lo hacemos durante diez años vamos a tener diez mil jóvenes que se han incorporado durante seis meses al mundo económico. Estamos pendientes de que el Gobierno de Canarias nos lo acepte. Empleo desde el sistema educativo.

¿Está decidido que el Piles se financie con fondos IGTE?

Esa es una opción. La otra es con fondos europeos o nacionales. A mí lo que me han dicho es que de los fondos del IGTE, el 5% iría a investigación y desarrollo, el 20% a empleo y el 70% a infraestructuras. De ese 20% creo que aquí cabría el plan.

¿Cree que esa partida para investigación y educación debería ser mayor?

Yo creo que sí, pero lo digo con la boca chica. Respeto mucho el papel de las instituciones políticas. El Gobierno tiene una visión más amplia de lo que podamos tener una universidad. ¿Yo quiero más para mí? Sí. ¿Y quiero más para el sistema educativo? Sí. En Canarias tenemos que aclararnos. ¿Es verdad que queremos mejorar el sistema educativo? ¿Queremos mejorar la educación desde la infantil a la Universidad? Pues va a ser necesario poner un poco más de dinero.

El presupuesto de educación hoy es el mismo que había a principios del 2000. Subió hasta que empezó la crisis y luego empezó a bajar y estamos alrededor de los 1.500 millones. En las universidades el descenso ha sido espectacular...

Ha sido brutal el recorte. En la Universidad hemos pasado de 160 millones a 135, y no un año, sino uno, otro, otro, otro... Ha sido durísimo desde todos los puntos de vista. Desde la contratación del profesorado hasta la prestación de servicios o mantener los edificios... Ahora estamos intentando que el Gobierno de Canarias nos eche una mano con los edificios...

Han hecho un informe que valora en 16 millones las reformas más urgentes...

Exacto.

¿El Gobierno qué dice sobre eso?

El Gobierno no habla. Intentaríamos meter algo de eso en el IGTE a ver si es posible, y algunos ahorros nuestros... Y también le vamos a plantear al Servicio Canario de Empleo la posibilidad de realizar obras donde el SCE pone el dinero para la contratación y nosotros pondríamos los materiales. Esta es una fórmula antigua que ha funcionado bien con los ayuntamientos. Nos serviría para hacer algunas de las cosas más urgentes. No es mucho dinero. El plan que queremos presentar inicialmente es de algo más de un millón de euros. Todavía estaríamos lejos de los 16 millones...

¿Cómo va la negociación para el nuevo modelo de financiación de las universidades?

El Gobierno y las dos universidades han creado una comisión para llegar a un marco de financiación estable de las dos universidades.

¿Una ley o un contrato programa?

A mí me gustaría que fuera una ley. Prefiero que se implique en esto al mayor número de instituciones políticas. Si es una ley tendría que ir al Parlamento, y ahí están todas las fuerzas políticas con cierta significación en Canarias.

¿En cualquier caso, una parte de esa financiación será por objetivos?

Sí, una parte. Y me parece justo.

¿La Universidad tendrá más presupuesto el año que viene, más que el insignificante 1% de este?

A nosotros se nos garantizó, hace ya casi un año, que en el año 2016 las cosas iban a seguir igual, pero que en 2017 iban a mejorar. Espero que eso se cumpla. También estamos viviendo momentos políticos a nivel nacional complicados, porque hay una regla de gasto que Canarias ha cumplido rigurosamente, y no sé cuál es la actitud del Gobierno hacia el año próximo, entre otras cosas porque no sabemos qué gobierno vamos a tener el año próximo...

¿Comparte la idea de que podíamos haber cumplido menos y haber destinado más dinero a educación o servicios sociales?

No tengo opinión sobre eso... Es la verdad. Aunque si la tuviera tampoco la diría.

Canarias está a la cabeza en número de becas, pero aun así hay alumnos que no pueden estudiar por motivos económicos. ¿No estamos haciendo lo suficiente por garantizar que puedan hacerlo?

Estamos por debajo en población universitaria y por encima en porcentaje que recibe algún tipo de ayudas. Esa es la idea que yo tengo. Estar por debajo es una especie de despilfarro. La diferencia es como de diez puntos. Ese dato pone de manifiesto que no estamos apostando en serio por la educación. No podemos estar por debajo de la media nacional. Nuestros alumnos no son más bobos que los demás.

Además, la nota media de los egresados de Canarias es más alta...

Sí. Ahí estamos mejor. Mira, la idea que yo tengo de Canarias es que somos el 4% de España en población, o quizás un poquito menos. Sin embargo, en estudiantes de grado somos el 3%. Por lo tanto, hay una diferencia del 1%.

Y si observamos lo que representan los estudiantes de máster de Canarias en el conjunto nacional, la distancia es mayor...

Mucho.

Ese dato da una pista de que la formación superior no está siendo una demanda del mundo económico, ¿no cree?

Sí. En España, el 80% de los chicos que estudian un grado no hacen un máster. Para discutir el tema del decreto 3+2, este dato es clave. ¿Por qué no se hace el máster? Por una cuestión económica. Este ministro ha dicho que está dispuesto a que el precio del máster sea igual que el del grado. Sería un avance.

¿Las empresas se están beneficiando de la Universidad para apostar realmente por la formación a lo largo de toda la vida?

La verdad es que ahí no sé si la culpa es de las empresas o nuestra. Tenemos mucho que mejorar.

¿Cuántos profesores ha perdido la ULL por la tasa de reposición impuesta durante la crisis?

Creo que entre 100 y 200, pero no estoy seguro. Pero en número de profesores, en relación al número de estudiantes de grado, la Universidad está bien.

¿Por qué la ULL ha tardado tanto en mejorar su oferta de másteres y abordar la formación on line o semipresencial?

En la educación on line está claro que vamos con mucho retraso. Y en los másteres debemos tener más presente que tenemos que hacer títulos que respondan a una exigencia de la sociedad.

¿Le molesta que de alguna manera se culpe a los universitarios de las colas en la TF-5?

Más que culpables son víctimas. No creo que la influencia de los estudiantes de la Universidad sea decisiva. Por supuesto que contribuye, como todos. Hay una opción, aunque yo tampoco me atrevo a decirle a los demás lo que tienen que hacer, que es la flexibilidad horaria de las distintas instituciones públicas. Es decir, que no todo el mundo tenga que entrar a trabajar a la misma hora.

¿Es partidario de cobrar el parquin de la Universidad como medida para desincentivar el uso del vehículo?

No. Me hiere todo lo que suponga una discriminación económica dentro de la Universidad. Entonces, el que tiene dinero puede aparcar, y el que no tiene, no.

¿Cuántos potenciales estudiantes se están quedando fuera de la Universidad?

Es difícil saberlo. Sí conocemos la cifra de chicos que abandonan el primer año: unos 500 alumnos. Pero esos han entrado. Hay muchas razones para el abandono, pero hay un dato que hay que tener en cuenta: un grupo importante de estudiantes que no estudian lo que quieren. No alcanzan la nota de corte para poder estudiar. La diferencia con el resto del Estado es de diez puntos. A mí ese dato me ha impactado, porque me parece que sí que es relevante.

¿Qué puede hacer la Universidad para mejorar ese porcentaje?

Forzar la oferta.

¿En qué títulos?

No tenemos hecho el estudio por titulaciones, pero que una persona estudie algo que no es lo que quiere, cuando se tienen 18 años de edad, resulta muy frustrante. La diferencia aquí es demasiado grande como para que no se tenga en cuenta.

La fusión de centros: ¿es viable volver atrás?

La fusión de centros, que hizo que la ULL pasara de 23 a nueve centros, "está funcionando con dificultades". "Hace dos años que se aprobó y todavía hay un centro que no ha elegido al nuevo equipo decanal.

No quieren. No hay candidato. La gente prefiere centros pequeños", lamenta el rector. La pregunta es: ¿es viable volver atrás? "Intento explicar que yo estaba en contra y haré lo que los centros quieran. Si quieren echar para atrás lo hacemos, pero es que hemos estado tres años y no hemos acabado. Además, supuso un desgaste tremendo, peleas, desánimo... Me gustaría no volver a repetirlo".

Los grados dan la talla

"Hasta ahora todos los informes que tenemos son positivos. Tenemos que presentar alegaciones en algunos, pero son positivos". Además, el rector cree que se está entendiendo la evaluación "como hay que entenderla", no como un castigo, sino "para mejorar el sistema". "Es bueno que nos demos cuenta de los fallos que podamos tener y mejorarlos", dice.

Los cierres vacacionales continuarán

Los cierres vacacionales de la ULL, que coinciden con verano, Semana Santa y Navidad, continuarán este año. La posibilidad de volver a abrir todavía no parece una opción. "Los cierres tienen ventajas e inconvenientes. A mí me gustaría que estuviera abierta, pero también es verdad que ahorramos una cantidad de dinero nada despreciable. Está cuantificado entre medio millón y un millón. Y también ayuda a la organización del trabajo. Los servicios sufren menos las vacaciones de la mayoría coinciden", admite el rector.