El Pleno del Cabildo acordó por unanimidad "instar al Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) del Gobierno de Canarias a cursar requerimiento al titular de la marca Canary wines y a los solicitantes de la marca colectiva Canary wine para que renuncien voluntariamente al nombre comercial y, en caso contrario, iniciar el procedimiento de nulidad ante los tribunales para que sean anulados, de manera que el nombre comercial Canary wine/s sea patrimonio de todo el sector vitivinícola de Canarias".

Se da la circunstancia de que Canary wines es una marca registrada por un particular en enero de 2014. La Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo), que la inscribió en noviembre de 2015, remitió un escrito a los grupos políticos de la corporación, que adoptaron el acuerdo por unanimidad, en el que, como "órgano gestor" de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Islas Canarias, asegura que "el Cabildo, por su ámbito local, no está legitimado para tal solicitud de nivel regional" porque "trasvasa claramente sus competencias insulares".

En el documento, la DOP informa de que los técnicos del ICCA y sus servicios jurídicos "advirtieron de que no era posible" aceptar el ofrecimiento de la propia DOP de "liderar el proyecto de uso de la marca Canary wine" para ser utilizada "por todos los consejos reguladores". El motivo fue que la marca "ya estaba protegida por la DOP Islas Canarias como consecuencia de la protección oficial como producto de calidad reconocido por la Unión Europea". A juicio de Avibo, ese hecho "garantiza el uso correcto de la misma por todos los operadores que lo deseen, ya que cuenta con sus reglamentos y normas claras de uso, de acuerdo con la normativa comunitaria en materia de vinos de calidad".

Hugo Luengo, su presidente, se muestra explícito en el escrito al exponer en este documento que con ello se está "garantizando la accesibilidad a su utilización a cualquier operador que así lo desee, dentro del marco legal establecido".

Se da la circunstancia de que el grancanario titular de la marca Canary wines recibió al consejero insular de Agricultura, Jesús Morales, en dos ocasiones para abordar el cambio de titularidad de la misma. Sin éxito para el Cabildo.

En su argumentario para justificar el acuerdo plenario unánime, la Corporación insular esgrime que el término canary wine "aparece publicado como tal en 809 ocasiones", siendo la primera "el 1 de diciembre de 1737" y la última, "en un sorprendente 1999". Nueva York (160) y Pensilvania (81) son los lugares con mayor número de referencias históricas.

Argumentando la preponderancia de Tenerife en el comercio exterior de la época, el Cabildo entiende que "si se pretende divulgar la marca Canary wines y quienes nos visitan pretendieran encontrarlo en otras islas, lo correcto sería ligarlo al Teneriffe wine". Por tanto, ambos términos "habrán de ir siempre de mano, pues históricamente ambos se emplearon para denominar los vinos de la isla de Tenerife".

Arguyendo la legislación vigente en la materia, el Cabildo decidió que, "en ambos casos, la marca se compone de una combinación de los términos canary (canario), geográfico, con wine (vino), que hace referencia exclusiva a un sector de la industria agroalimentaria que no puede ser de uso u utilización apreciable en exclusiva por un único titular, como se pretende".

Jesús Morales reconoce las gestiones hechas

El consejero de Agricultura del Cabildo, Jesús Morales, admitió haberse trasladado a Gran Canaria y planteado al titular de la marca Canary wines la cesión voluntaria de la misma o, en caso contrario, informarle de que la Administración acudirá a la vía judicial. El resultado de la gestión fue infructuoso. En cualquier caso, negó presión alguna al titular de dicha marca registrada. "Es un patrimonio de todos los canarios que la DOP Islas Canarias quiere proteger solo para uso de sus asociados", señaló.

Para la DOP Islas Canarias y para todos los demás

"No voy a defender que solo determinadas bodegas usen ese término. Defenderé que la usen ellos, pero también cualquier otra bodega de las Islas", dijo Morales, aclarando que la propiedad de la marca sería "del Gobierno de Canarias para que se la permita a todos. Jesús Morales incidió en que "la idea era comprar la marca y cederla al Gobierno de Canarias para que la pueda utilizar todo el sector vitivinícola de las Islas". El consejero insular fue rotundo al manifestar que "no se la queremos quitar, sino que sea de todos". Es más, recordó la historia y especificó que "el Canary wine se producía en Tenerife, que era la única Isla autorizada a exportar en aquella época".

La DOP no entiende las críticas del Cabildo

"Lo que pretendo es que la DOP Islas Canarias, que embotella solo el 6% del vino que se envasa en Canarias, no se apropie de un patrimonio histórico de todos los canarios", dijo Morles. Mientras, en la Denominación de Origen protegida Islas Canarias -que, contrariamente, dice contar con 520 viticultores asociados y representar al 85% del sector-, "no entendemos las críticas vacías de contenido en torno a un proyecto que se debe al esfuerzo de los viticultores y bodegueros adscritos".