Es una cita obligada y no suele defraudar, aunque, claro, como en todo, para gustos ni arco iris. La romería de San Marcos confirmó ayer a Tegueste como el referente, como el punto de partida ideal de las muchas fiestas populares que quedan en Tenerife hasta bien pasado el verano. Con más gente que en los últimos años, lo cual ya es meritorio, pero con cálculos difíciles de establecer, debido a cómo se bifurca el festejo desde que acaba el paseo romero, con muchas casas particulares como destino apetitoso, la localidad volvió a mostrar un intenso crisol de visiones de la vida, la fiesta y las tradiciones canarias.

La romería en sí, y como suele ser habitual, condensó los esfuerzos de los distintos núcleos del municipio con sus célebres barcos y carretas decoradas con verdaderas virguerías a modo de paneles con todo tipo de cereales. Desde las 14:15 horas, los tambores, pitos y bailes herreños anunciaron la llegada del santo hasta la plaza, donde va viendo pasar a parrandas, animales, carros, sones y vestimentas.

Eso sí, el paseo se vio interrumpido este año durante veinte minutos porque, lo que se entendió como una solución al miedo de muchas vacas y bueyes al pasar por una canalización de agua de lluvia con rendija de hierro, se convirtió en un problema mucho mayor. El ayuntamiento decidió soldar unas planchas a la rendija y los animales, por sí solos o arrastrando carretas, simplemente se espantaban al ver el metal o tocarlo. La cosa se puso fea, con varios bueyes reaccionando de forma contundente, y se optó por tapar el paso con una moqueta roja de reverso blanco, pero el sonido seguía impidiendo un tránsito fácil, con lo que un operario municipal, radial con batería en mano, acabó con los puntos de soldadura y se solventó la pequeña crisis.

Luego, y ante San Marcos, discurrieron las más que meritorias carretas de cada barrio. Comenzando con Pedro Álvarez, Las Canteras, El Mocán o El Gamonal, entre otras, por allí se exhibió la imaginación de una romería que cumple su 48 aniversario y que se refleja en telares, norias, cruces, alegorías de mieles (con abejas incluidas, tal y como regaló la carreta de La Gorvorana) y con mensajes más profundos, como el del colegio, con su apuesta por las energías renovables. También, bicicletas gigantes de madera, ruedas de carros o carretas "ensimismadas", por llevar encima vacas de peluche imitando lo que debajo hacían las de verdad; cargar la fiesta.

Tras la vuelta del santo a la iglesia, de nuevo bajo los sones herreños, la plaza se convirtió en una infinita mezcolanza de edades, visiones de la diversión, trajes tradicionales, típicos, a medias, con mochilas, de calle, en bermudas... Un crisol del carpe diem.

Las orquestas, cuya música se impuso a la de cantinas, se sucedieron en el escenario junto al consistorio; detrás de la iglesia se concentró la gente más joven, el sol iba y venía y, hasta la madrugada, la fiesta que abre la temporada resumió este tipo de eventos: frenesí, sorpresas, furgonetas y otros coches que se mueven, esquinas que si hablaran y resacas, risas o arrepentimientos del día siguiente.

Radio Taxi San Marcos, de Santa Cruz, no falla a su cita con el copatrón

Radio Taxi San Marcos, de Santa Cruz de Tenerife, no falló este sábado a su cita anual con el copatrón de Tegueste y que da nombre al colectivo. Con la de este año son ya 38 las ediciones que los taxista de esta asociación hacen una ofrenda floral a San Marcos Evangelista./ ángel hernández