La Palma tiene una opción que ahora mismo es todavía remota de albergar el Telescopio de Treinta Metros (TMT). En realidad el lugar elegido es Hawai, hasta el punto de que los promotores del proyecto esperarán un año más para tratar de desbloquear los impedimentos de la justicia hawaiana, que se resiste a facilitar que el instrumento se ubique en una montaña "sagrada": Mauna Kea. La Isla está en un segundo grupo con posibilidades aún secundarias, junto a otras zonas de diferentes países, aunque el aparato es tan mayúsculo que el IAC y el Cabildo palmero son conscientes de que merece intentarlo hasta el final.

El comité científico que se encarga de evaluar los distintos lugares donde el TMT podría instalarse, se encuentra en La Palma analizando desde la calidad del cielo hasta las peculiaridades del suelo del Roque, pasando por los costes aproximados que tendría la construcción del treinta metros en la Isla.

El jefe de operaciones y científico responsable del proyecto, Christophe Dumas, dejó ayer las cosas en su sitio: "Hawai para nosotros es claramente el lugar favorito porque los participantes en el proyecto son India, China, Canadá, también Japón y la Universidad de California, por lo que es estratégico tener nuestro telescopio en una montaña situada en el centro de esos países", que incluso "ya tienen inversiones en Hawai". Japón, por ejemplo, "tiene telescopios en el Cerro Mauna Kea, también la Universidad de California".

Eso sí, hizo hincapié en que "tenemos que buscar alternativas porque es posible que no podamos construir en Hawai. Debemos estar preparados para esta eventualidad". Y dentro de esas opciones, además de La Palma hay "otros lugares en México o Chile, en China e India, que vamos a visitar para ver si tienen buenas condiciones", afirmó el científico.

Manteniendo su argumentario, Dumas apuntó que "no podemos esperar mucho tiempo por Hawai". Lo máximo "un año para que nos permita construir el telescopio". En caso contrario, "elegiremos otra alternativa" para el TMT. Y es que "como se dice: el tiempo es dinero y no podemos esperar mucho".

El responsable de este proyecto afirmó que el parámetro más importante para la elección del lugar donde irá este instrumento de observación "es el tipo de ciencia que podemos hacer", aunque también influye "el coste de las operaciones". A propósito, afirmó que "no podemos construir en un lugar aislado de toda infraestructura, lo que no ocurre aquí (en La Palma) donde hay telescopios que están operando desde hace años y tenemos toda la infraestructura necesaria".

Por su parte, el director del IAC, Rafael Rebolo, remarcó que "tenemos la visita de una comisión técnica del TMT que tiene que entender las condiciones del observatorio del Roque de los Muchachos para una instalación tan importante como la que ellos quieren construir". Tiene confianza en que La Palma "salga muy bien en su evaluación".

Sabe que el futuro de la astronomía "requiere de telescopios de ese tamaño para resolver problemas importantes", como, por ejemplo, "el caracterizar posibles planetas similares al nuestro en los que se dan condiciones para la vida, y que esperamos que se descubran en los próximos años". También serán claves para analizar la evolución de las estrellas en sus etapas finales o explosiones de supernovas en galaxias muy lejanas.

Apoyo de la sociedad palmera al proyecto

El presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, se reunió con los científicos desplazados a la Isla con el objeto de mostrar el apoyo de la institución insular y de la sociedad de La Palma. A propósito, dijo que "hemos acreditado el máximo de la colaboraciones de las instituciones en el caso de que haya que corregir algún aspecto para facilitar la construcción del telescopio. También hemos trasladado el sentir de La Palma con estos instrumentos científicos. Aquí hay una acogida favorable a la instalación de telescopios", ya que "entendemos que son un valor añadido para la propia Isla".

Tendrá una vida de al

menos 50 o 60 años

El director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Rafael Rebolo, hizo especial hincapé en que los telescopios como el TMT son los instrumentos de observación "del siglo XXI", defendiendo que van a tener "una vida de al menos 50 o 60 años", lo que además de para la ciencia también supone una motivación extra para los países que pretenden acogerlo. "Son telescopios que abordarán durante este siglo una gran batería de problemas a resolver". Ahora todo depende de que Hawai decida o no aceptar este instrumento.