Con la tranquilidad de saber que la expectativa estaba creada y la atención centrada, M&M presentaba ayer su colección nupcial 2017 en la Barcelona Bridal Fashion Week. "Mujeres románticas y soñadoras. Novias alternativas y diferentes", así definía María Díaz a las portadoras de sus creaciones.

El objetivo del "todo debe cambiar para que las cosas permanezcan" impulsó a M&M a sorprender con una apuesta tan romántica como atemporal, que lejos de la producción masiva, mima y personaliza a la mujer a la que viste. La firma canaria nacida en 1990 vuelve a ser la novia más deseada.

Entre tejidos ricos y barrocos, los diseñadores tinerfeños hicieron volar a los presentes hasta los años más convulsos de Italia, en el momento de la reunificación.

Con estilo antique y corte vintage, se podían interpretar las líneas de la novela "El Gatopardo", del escritor Giuseppe Tomasi di Lampedusa, fuente de inspiración de la casa para las treinta propuestas que se mostraron.

Los colores empolvados, muy M&M, se repiten, aunque para esta ocasión juegan con diferentes técnicas que imitan el efecto del paso del tiempo. En la paleta destacan los blancos, se añaden el zucchero, un tono muy particular dentro de los azules, y el tortora, que va entre el beige y el marrón. La línea de los rosas subió la gama cromática.

Tules bordados, satenes delicados, algún tafetán tímido, dieron luz y magia a una pasarela que, sencilla y sin florituras, buscaba que la atención se centrara en los vestidos.

A la hora de innovar en cortes y diseños, arriesgaron con mangas y cuellos que podían parecer las alas de algunos insectos. No se escatimó en escotes, pronunciados y con pecho bien formado, terminados en pico. Las más discretas podrán optar por cuellos a la caja, aderezados por una deslavada lazada. Para las espaldas se prefirieron limpias, pero sugerentes.

Tanto las superposiciones como las joyas incorporadas en los tejidos produjeron el efecto de un brillo sutil.

Las telas de fabricación exclusiva, así como las de diseños propios de la firma portuense, en compañía de la técnica del tatuaje sobre ligeros encajes, dieron el punto romántico que caracteriza a la marca.

Destacaron las elegantes faldas largas, algunas con volantes de tul, otras lánguidas con apliques del mismo material, dejando intuir la figura de la modelo. Hubo hueco para el corte "midi", que dejando asomar los tobillos, combinaban con cuellos cerrados muy bien rematados.

El desfile se clausuró con la única propuesta velada que paseó sobre la tarima. Una prenda discreta y cuidada, que partía de piezas auténticas del siglo XIX. La corona, elaborada a base de escamas de pescado y conchas marinas, ha sido tratada de manera artesanal con el fin de lograr la mejor conservación. El juego de formas permite el dibujo de motivos florales.

La presentación contó con la puesta en escena por parte de la tinerfeña Joana Sanz, quien fue catalogada como la mejor modelo en la última pasarela Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Sanz fue la encargada de acompañar a los diseñadores a la hora de saludar a los presentes, que no dudaron en levantarse en aplausos.

Tras tres años consecutivos participando en la pasarela nupcial más importante, así como la ampliación de la red comercial de la firma, Marco y María vuelven a hacerse con un público entregado.

El tiempo, el talento y la experiencia garantizaban que la firma dejaría el pabellón de la moda nupcial de Tenerife muy alto.