Canarias, Galicia y el País Vasco fueron las únicas comunidades autónomas que cumplieron con el objetivo del déficit fijado por el Estado para el ejercicio presupuestario de 2015. Pero además se da la circunstancia de que el Archipiélago hizo sus deberes teniendo unas condiciones de financiación desfavorables, pues con el actual sistema recibe menos dinero del que merece. Este esfuerzo realizado por los habitantes de las Islas, pues son -somos- los canarios lo que, a fin de cuentas, se han tenido que apretar el cinturón para no gastar más de lo establecido, tiene que ser ahora recompensado por el Estado. Sería injusto que se tratara a Canarias igual que a aquellas comunidades que a lo largo de 2015 hicieron caso omiso al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Y poco pedagógico por parte del titular de esa cartera, pues si al final da igual cumplir que no hacerlo, está abriendo la puerta a que en próximos ejercicios se le desboque el déficit. El ministro Cristóbal Montoro anunció esta semana que en los próximos días mantendrá un encuentro con el presidente del Gobierno canario para analizar la manera de materializar el "premio" que le corresponde a las Islas por haber obtenido tan buena nota. La posibilidad de que se flexibilice la regla de gasto y que el Archipiélago pueda incrementar el volumen de sus inversiones sería una magnífica noticia, pues permitiría al Ejecutivo canario hacer frente a algunos servicios que por culpa de la falta de financiación se han visto mermados. Pero no solo eso, daría pie a la generación de una mayor riqueza y a la creación de empleo, principal problema de los habitantes de esta tierra.

La situación de marginalidad a la que se enfrentan cada vez más personas en las Islas, precisamente por la falta de un trabajo que les permita llevar una vida digna, no puede ser utilizada por las fuerzas políticas como materia de enfrentamiento. Todo lo contrario, debe servir para buscar puntos de encuentro y sumar fuerzas en la búsqueda de una solución, la mayoría de las veces difícil. Se trata de personas que no solo carecen de recursos, sino que muchas veces se ven afectadas por unas circunstancias complejas. Si el tiempo que se dedica a la crítica fácil o a intentar sacar rédito político se consume en ayudar y en aportar ideas que puedan servir para resolver este grave problema, estarían realizando una labor más fructífera.

La Federación Canaria de Islas, órgano que agrupa a los siete cabildos insulares, puso esta semana sobre la mesa un nuevo elemento de debate, el denominado "céntimo verde". Se trata de detraer del impuesto que se paga por cada litro de combustible esa cantidad de dinero y dedicarla al cuidado y mejora del medio ambiente de Canarias. En principio, no pretenden encarecer la factura que cada conductor paga cada vez que pasa por la gasolinera, pero si así fuera, quedarían exentos los profesionales del transporte. Lo interesante es el destino que se le daría a lo recaudado, pues no hay que olvidar que uno de los principales atractivos de Canarias es su paisaje.