Un vecino de Tenerife, Ricardo Rodríguez, residente en Santa Úrsula, lleva cinco días sin poder salir de Cuba, después de que estuviera implicado en un accidente de tráfico en el que únicamente hubo daños materiales. Un grupo de personas de la Isla viajó recientemente al país caribeño para acudir a la boda de un amigo, que se desarrolló el sábado de la pasada semana, 23 de abril. El afectado y su entorno viven con mucha incertidumbre la situación.

Varios días antes, el 17, todos los amigos, que viajaban en 3 coches de alquiler, pasaron una jornada en Playa Ancón, según relata el entorno del afectado. Uno de los citados turismos, conducido por Ricardo Rodríguez, se paró en un cruce y, al arrancar para girar a la izquierda, hubo una colisión frontolateral con otro vehículo clásico, que se usa como taxi. Ambos quedaron con daños que les impidieron seguir circulando, según las mismas fuentes. Los amigos de Ricardo dicen que el accidente fue responsabilidad de este, porque había poca visibilidad, debido a la lluvia y a que los cristales estaban empañados.

En un principio, tras el accidente, no hubo grandes problemas, ni con el otro conductor ni con los policías. Un amigo de Ricardo comenta que "durante la espera fuimos presionados por varios particulares para pagar el arreglo del Chevrolet, a pesar de que el propio conductor se mostraba amigable y tranquilo, a pesar de su preocupación por el desenlace, ya que depende de su vehículo".

El amigo de Ricardo indica que un hombre no identificado "amenazó con que, si no pagábamos, él se encargaría de que no saliéramos del país". Las pruebas de alcohol o drogas a ambos conductores fueron negativas, según el tinerfeño que se casó en Cuba. El entorno de Ricardo señala que al pagar el alquiler del coche accidentado también se incluyó el pago del seguro. El viaje discurrió desde entonces con cierta normalidad, hasta que llegó la hora en que Ricardo y su pareja debieron regresar a España. Cuando ya se encontraban ambos en el avión, Ricardo fue llamado por megafonía para que descendiera de la aeronave. Su pareja lo acompañó para no dejarlo solo y en la pista lo esperaban seis policías. Otras fuentes jurídicas señalan que en Cuba, cuando hay heridos, es habitual que se impute al conductor responsable de un accidente y se deniegue la salida del país hasta que se abone la responsabilidad civil o se celebre un juicio.