El Consejo de Seguridad de la ONU votará mañana una resolución para exigir que en las guerras se respete siempre a los centros y profesionales médicos, en respuesta a los numerosos ataques contra este tipo de objetivos registrados en los últimos meses.

Según el borrador, el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas recordará a todas las partes en los conflictos armados las normas internacionales en vigor y demandará su cumplimiento.

El texto está impulsado por cinco miembros no permanentes del Consejo de Seguridad (España, Nueva Zelanda, Uruguay, Japón y Egipto) y busca principalmente llamar la atención sobre el problema, sin introducir nuevas obligaciones.

"Los requisitos legales ya están ahí. No estamos añadiendo nada desde el punto de vista jurídico, pero estamos tratando de poner el foco sobre este asunto porque es claramente un problema en la forma en la que las guerras modernas se están desarrollando", dijo la semana el embajador neozelandés ante la ONU, Gerard van Bohemen.

Así, según el borrador, el Consejo de Seguridad expresará su preocupación por el "número cada vez mayor" de actos de violencia contra el personal sanitario, los condenará y criticará la "impunidad generalizada" que disfrutan los responsables.

El texto pedirá a los Estados que garanticen investigaciones adecuadas sobre este tipo de ataques y a las partes de los conflictos que protejan los hospitales y permitan el movimiento de los médicos y otros personal sanitario.

Está previsto que en la sesión en la que se votará la resolución participe el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los presidentes del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, y de Médicos Sin Fronteras (MSF), Joanne Liu.

Entre 2012 y 2014, la Cruz Roja documentó 2.400 ataques contra profesionales de la medicina, pacientes, instalaciones sanitarias o transportes médicos.

MSF, mientras, asegura que sólo en Siria a lo largo del pasado año los hospitales que gestiona o a los que da apoyo fueron golpeados 94 veces.

El último incidente de este tipo tuvo lugar el pasado 27 de abril, cuando un bombardeo sobre un hospital de Alepo dejó más de 50 muertos, pero en los últimos meses se han dado varios casos sonados en distintos países.

Entre ellos, un ataque llevado a cabo el pasado octubre por fuerzas estadounidenses contra un hospital de MSF en Afganistán, que mató a 42 personas.

La semana pasada, el Pentágono anunció sanciones contra 16 militares por esa operación, pero defendió que no se trató de un crimen de guerra al haber sido fruto de errores y no un ataque deliberado.