El jefe superior de Policía en Canarias, el comisario principal José María Moreno, trabajó durante años en especialidades tan sensibles como la inmigración irregular o la lucha contra la trata de seres humanos. Moreno, que está considerado como un especialista policial en ambos campos, lleva apenas ocho meses como máximo responsable del Cuerpo Nacional de Policía en el Archipiélago.

¿La única manera de frenar el fenómeno de las migraciones es entregando grandes sumas de dinero a las autoridades de los países de donde salen o por donde pasan esas personas? El comisario principal Moreno comenta que "aquí no hay milagros; se puede hacer un buen trabajo; España lo ha hecho y lo que nunca falla es el apoyo a los países de origen". Indica que "no sólo se ha hecho apoyo económico, sino que por parte del Cuerpo Nacional de Policía se ha formado a policías, se ha dotado de medios a esos cuerpos o se han desarrollado equipos conjuntos de investigación, como ya existen con Mauritania o Marruecos, y próximamente los habrá en Níger".

Está convencido de que el dinero que se aporta desde Europa tiene que ir para respaldar "planes concretos que generen empleo para sus jóvenes y riqueza, que es lo que puede permitir que la gente se arraigue en el país donde ha nacido".

El jefe superior de Policía en las islas prefiere no entrar a valorar la supuesta corrupción policial existente en algunos países africanos y lo califica de "terreno pantanoso". No obstante, Moreno señala que, en los citados equipos conjuntos de investigación, los agentes africanos están concienciados de la labor que realizan y "está muy controlada la situación".

El comisario principal participó activamente en la elaboración del Plan Nacional contra la trata de seres humanos desde su puesto en la Unidad contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsificación Documental (Ucrif) con el objetivo de combatir a los grupos organizados.

El director general de Policía, Ignacio Cosidó, encargó el desarrollo de una estrategia contra dicho problema social a la unidad central de Extranjería y el plan técnico-policial realizado, que se puso en marcha en el año 2013, marca las pautas a seguir frente a las redes criminales, que tienen un contexto internacional.

La iniciativa incluyó charlas en diversas universidades y estas sirvieron para constatar, según Moreno, "la ignorancia que tenían muchos de nuestros universitarios sobre cómo funcionaban dichas organizaciones".

El comisario principal señala que muchos de dichos alumnos sabían el aspecto externo, es decir, la existencia de clubs de alterne y que se pagaba por tener sexo, pero desconocían "los métodos de captación, de traslado de las mujeres y de explotación; es decir, lo más duro de ese mundo". "Cuando esas charlas avanzaban, a los asistentes les cambiaba la cara, que es lo que se buscaba: que se pensara en todo lo que hay detrás" de un establecimiento de esas características, recuerda el comisario principal. Apunta que en toda España hay alrededor de "1.500 clubes a la vista de todo el mundo, aunque también están las casas o pisos particulares o bien transacciones o citas por internet; y eso no lo podemos controlar del todo", señala el jefe superior. A dichas prácticas también añade la prostitución en calles de grandes polígonos industriales.

Respecto a la trata de seres humanos en Canarias, comenta que "también existe, aunque bastante controlada". Las últimas investigaciones realizadas en las islas más pobladas determinan que en Tenerife, fundamentalmente, operan en la prostitución grupos de "nigerianos y latinoamericanos", mientras que en Gran Canaria actúan "rumanos y nigerianos". José María Moreno recuerda que las redes rumanas son las que en la Península lideran el "negocio".

Ante este problema, considera que deben aplicarse políticas integrales. Indica que el apoyo legislativo ya existe, pero, a partir de ahí, "hace falta mucha colaboración; mucha investigación, cooperación internacional y el tratamiento a las víctimas, que es algo muy importante". Para Moreno, debe haber instituciones siempre preparadas, "porque las víctimas están tan absolutamente destrozadas psicológicamente que, a veces, resulta imposible obtener una declaración inculpatoria hacia sus explotadores, por el miedo que tienen". Aclara que en ocasiones "se obtiene la declaración después de que han sido tratadas". El jefe Superior de Policía dice que esa labor corresponde a las áreas de "Servicios Sociales y a las organizaciones no gubernamentales (ONG), que tienen que estar muy pendientes".

Señala que en la Ley de Extranjería hubo unas modificaciones que permiten "proporcionar documentación o permiso de residencia por circunstancias excepcionales a personas que han sido víctimas y colaboran con la Policía para desarticular redes de trata de seres humanos". Indica que eso es "muy tranquilizador" para muchas afectadas. El comisario principal Moreno señala que, además de tener que pagar importantes deudas para poder trabajar en Europa y estar amenazadas ellas y sus familias, las afectadas llegan a recibir brutales palizas o son obligadas a abortar por sus captadores o explotadores.

José María Moreno

jefe superior de policía en Canarias