En marzo estuvieron en Santa Cruz de Tenerife en la gala de los Premios Dial, pero llevan más de un lustro sin dar un concierto en el Archipiélago. Estopa regresa a La Laguna ocho años después de actuar en el Campus Rock. "Rumba a lo desconocido" es el título de la gira que el 7 de mayo aterriza en el Pabellón Insular Santiago Martín (21:30 horas). Con más de cuatro millones de álbumes vendidos -suman 10 aventuras discográficas entre "Estopa" (1999) y "Rumba a lo desconocido" (2015)-, el productor Rafa Sardina moldeó junto a los hermanos Muñoz un catálogo musical en el que se aprecia con claridad el sonido Estopa. "Siempre existe un deseo de cambio y de superación, pero perder esas señas de identidad no es fácil", asegura José Manuel en referencia a la colaboración que cerraron con un profesional que tiene en su palmarés 12 Grammy gracias a la labor realizada con Elvis Costelo, Stevie Wonder o Michael Jackson, entre otros artistas de primer nivel internacional.

¿Por qué han tardado tanto en volver a actuar en las Islas?

Hacía mucho tiempo que no tocábamos en Canarias y volver con esta gira era una prioridad. Estar alejado tantos años del público de Canarias es un lujo que no nos podemos permitir. A veces las cosas se programan de una manera y salen de otra, pero al final echas de menos el contacto con un lugar en el que siempre hemos sido bien recibidos.

¿Tienen ganas de testar a la audiencia insular?

Si la gente tiene las mismas ganas que nosotros el concierto del sábado será apoteósico. El hecho de no haber ido antes no significa que nos hayamos olvidado de la peña de las Islas.

¿Muchos creían que Estopa no tendría tanto recorrido?

Han pasado 17 años desde que salió el primer disco ("Estopa" / 1999) y lo cierto es que se han ido volando. No me he enterado mucho de todo lo que ha ocurrido, pero sí que hemos trabajado sin descanso para conservar intacta la ilusión del primer día. La esencia es la misma, pero los años nos han permitido madurar aspectos que nos permitieron llegar con vida hasta aquí: lo que era rumbero ahora es más rumbero y lo que era rockero hoy es más rockero... El sonido de Estopa se ha radicalizado con el paso del tiempo.

¿Qué porcentaje de naturalidad hay que atribuirle al éxito acumulado en estos 17 años?

Ese es un dato difícil de cuantificar, pero además de esa cualidad hay que sumar el trabajo y, por supuesto, algo de fortuna. La naturalidad es algo que nos vino de fábrica y que no quisimos cambiar. Nunca nos dejamos atrapar por el éxito efímero. No hacer ningún papel, para bien o para mal, evita que te metas en líos... Lo primero es estar satisfecho con el trabajo que haces sin caer en la obsesión de que debes gustar a todo el mundo. Eso no pasa. La música es libre: hay personas a las que les gusta cómo somos y otras que pasan de nosotros. La clave es esa. No intentar gustar a todo el mundo.

Sin perder la referencia de lo que ocurrió con anterioridad, "Rumba a lo desconocido" sí que tiene unos matices novedosos.

De la misma forma que dicen que somos lo que comemos, eso se podría extrapolar al mundo de la música para afirmar que somos lo que escuchamos. El hecho de que nuestro padre nos pusiera los "cassete" de Los Chichos, Camarón, Bordón 4 o El Junco ha condicionado mucho la música que hacemos. Estopa se ha alimentado de eso, pero también de cantautores como Sabina, Aute o Serrat. Además, tuvimos nuestra época punk-rock con Kortatu, Extremoduro, La Polla Records o Siniestro Total. Estar abiertos a muchas influencias nos permitió experimentar sin tener miedo a pegarnos un buen leñazo.

Estopa conoce el ciclo floreciente de la industria del disco, en el que llegó a vender más de dos millones de discos, y esta en la que colocar un CD está algo más complicado. ¿Esperaban un cambio tan radical?

El disco ha perdido el valor que tenía en el pasado y a la industria no le ha quedado otra alternativa que reinventarse. Sobre todo porque la gente se ha acostumbrado a coger gratis algo que no es de su propiedad...

Pero eso es una involución en toda regla, ¿no?

A la música no le va bien que se vendan menos discos... Pero no le va bien ni a ellos, ni a las personas que pierden sus puestos de trabajo porque ya no son útiles. Las redes sociales han cambiado el mapa musical y dicen que todo es más democrático, pero también es más complicado obtener un reconocimiento tan rápido como el que tuvo Estopa. Hoy todo parece que está más igualado y la competencia no te da una segunda oportunidad: o aciertas a la primera, o te marchas a casa.