Entiende que un libro es una llave que abre otro libro, un pasadizo que conduce a los lectores de una realidad a otra sin tener que justificarse: un viaje que el grancanario Alexis Ravelo completó con éxito en "La otra vida de Ned Blackbird" (Siruela). "Soy uno de esos autores que no se abrazan a solo un estilo", reconoce un novelista de trazo oscuro que encontró su espacio en el mercado nacional con títulos como "La estrategia del pequinés" o "Las flores no sangran". "Uno de mis escritores preferidos es Miguel Delibes, precisamente porque él no tenía un estilo determinado, sino que adaptaba la historia que quería contar a los lectores a su estilo", explica un narrador que entrega a Carlos Ascanio, un profesor de filosofía que se incorpora a la Universidad de Los Álamos, un rol crucial en cuanto se instala en el apartamento de Celia Andrade, recientemente fallecida, pero que indirectamente tiene una de esas "llaves" de las que habla Ravelo para llegar a otras escenografías.

"Yo suelo trabajar mucho el género del cuento de corte fantástico; un universo que encaja con la atracción que siento por Cortázar o Borges, pero la verdad es que la alegoría fantástica no suele tener demasiado éxito comercial", avisa el ganador del Premio Hammett y el Tormo de Las Casas Ahorcadas con "La estrategia del pequinés" (2013). Un profesor, una novelista y una estudiante de Ciencias Políticas conforman el triángulo narrativo de una historia que Ravelo abordó como si estuviera desplegando su estrategia para elaborar un cuento. "Hay realidades que prefiero abordar desde la alegoría o la fantasía en lugar de recurrir al realismo que debe estar presente, por ejemplo, en la novela negra", matiza un creador que en esta oportunidad rinde un homenaje muy personal a los ritmos y atmósferas expresionistas.

Alexis Ravelo se pone en manos de Carlos Ascanio para adentrase en un terreno en el que se siente cómodo. "Necesitaba contar esta historia; tenía la obligación de quitarme la mordaza del realismo para mostrar a los lectores unos personajes con un elevado nivel cultural, que en este caso me sirven de excusa para experimentar con la metaliteratura que tanta presencia tiene en mis libros".

Los personajes de "La otra vida de Ned Blackbird" no proceden de barrios marginales. No. Alexis Ravelo los ha dotado de una enjundia cultural que en cualquier caso no debe ser un obstáculo para llegar a ellos. "Entiendo que en la relación que se crea entre los lectores y un autor existe una especie de amistad que posibilita que los primeros se dejen asesorar por el escritor", matiza en el instante en el que deja al descubierto que existen dos lecturas que influenciaron su primera aventura con Nuevos Tiempos / Siruela. "El Golem", de Gustav Meyrink, que no es un título excesivamente cultureta, y "El quimérico inquilino", de Roland Topor, son dos ejes que se aprecian con mucha nitidez en la trama de esta novela".

La obsesiva curiosidad con la que se mueve Carlos Ascanio entre las páginas de "La otra vida de Ned Blackbird" tuvo en el pasado un paralelismo algo menos peligroso con el magnetismo que sintió el joven Alexis Ravelo en el instante en el que descubrió el contenido de "Movimiento perpetuo", del autor hondureño de cuna y guatemalteco de oficio Augusto Monterroso. "Lo leí con 14 años y esa fue la primera vez que oí hablar de escritores que han tenido una gran influencia en mis gustos lectores", añadiendo que "a veces hablamos de la escritura artesanal de forma peyorativa, cuando en realidad su obra es mucho más importante que la de un autor artístico que solo hace textos que son infumables".

Autor: Alexis Ravelo.

Título:

"La otra vida de Ned Blackbird".

Editorial:

Nuevos Tiempos / Siruela.

Páginas:

181.