Algas, peces, corales o caracolas son algunos de los "habitantes" que han servido como fuente de inspiración al artista tinerfeño Francisco Cruz para realizar la serie de esculturas cerámicas "Mar en calma", que se exhibe en la Ermita de San Miguel de La Laguna hasta el próximo 28 de mayo.

Esta muestra, integrada por una treintena de piezas iluminadas, han sido elaboradas con gres, material cerámico que ha permitido al autor jugar con las formas, las texturas y el espacio que modelaban sus manos, además de conseguir el efecto que concede la luz artificial para realzar, atenuar y variar los colores proyectados en las mismas.

Este tipo de iluminación, según aclaró el propio autor, va orientado a crear un ambiente determinado en el entorno de las cerámicas y a destacar el diseño de las esculturas y su proyección.

El movimiento de las olas o las diferentes caras de las rocas pulidas y erosionadas por la fuerza del agua también sirven de pretexto para la determinación de algunas de las piezas elaboradas por Francisco Cruz, cuyos conocimientos técnicos los ha adquirido en el ciclo superior de Cerámica Creativa que ha desarrollado en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño Fernando Estévez de la capital tinerfeña.

Cruz, cuya impronta artística invita al espectador de su obra a imaginarse el mágico mundo marino que rodea las islas, insiste en el mensaje de que la naturaleza del agua se expresa en todas sus formas y texturas.

"Mar en calma" es una colección que está incluida en la serie "Luminarias de las profundidades", que comenzó a realizar en enero de 2015 y fue mostrada en Santa Cruz. Tres meses después le siguió la segunda parte, presentada con el título "Mar de luces". La tercera entrega de este trabajo refleja la evolución estética de la obra de este ceramista que ha encontrado en el paisaje marino una mina de recursos.