Al final se cumplieron los peores presagios y el rey Felipe VI se vio obligado a convocar unas nuevas elecciones generales el 26 de junio. Obligado, todo hay que decirlo, por la incapacidad de los políticos elegidos hace cuatro meses, que no han sabido, o no han querido, ponerse de acuerdo y formar un gobierno que dirija los destinos del país con ciertas garantías. Cumplidos los plazos establecidos, hay que volver a las urnas porque ni Mariano Rajoy (PP), ni Pedro Sánchez (PSOE), ni Pablo Iglesias (Podemos), ni Albert Rivera (Ciudadanos), líderes de las principales formaciones con representación en el Congreso de los Diputados, han sido capaces de dejar a una lado sus intereses particulares en beneficio del resto de sus compatriotas. Las crónicas aparecidas en las dos últimas semanas, referidas a cómo se llevaron a cabo las negociaciones durante los casi 140 días transcurridos desde el pasado 20 de diciembre, son una muestra evidente de que el objetivo de unos y otros no estaba precisamente en hacer realidad lo que los españoles exigieron aquel domingo previo al día de Navidad: diálogo y consenso. En Canarias, por ejemplo, el hecho de que el Gobierno de la nación siga en funciones ha provocado que muchos de los asuntos que tiene pendientes de arreglar el Estado para mejorar la situación de las Islas y, por ende, de sus habitantes, sigan empantanados. Empezando por el sistema de financiación autonómica, que supone una considerable merma de recursos para el Archipiélago, lo que dificulta el buen funcionamiento de sus servicios públicos.

Conviene, por ello, destacar la importancia de la visita realizada esta semana por el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, a Andalucía, y su encuentro con su homóloga, Susana Díaz, con el objetivo de buscar apoyos dirigidos a reclamar una urgente modificación del citado modelo de financiación, pues el tiempo corre en contra de las Islas y cuanto más se demore la solución, peor para los canarios. Partiendo de que la incertidumbre política que vive España puede perdurar aún varios meses más, es hora de buscar aliados, y si son fuertes, como es el caso de la Comunidad Autónoma andaluza, mejor. Se da la circunstancia, además, de que a su frente está una persona con gran peso político en el ámbito nacional, lo cual convierte el viaje a Sevilla en un acierto.

El dato con el que EL DÍA abría su edición del pasado jueves, "más de 561.000 canarios no tienen el título de Educación Secundaria", no es una simple cifra, sino reflejo de que en las Islas continúa existiendo un problema grave con la formación. Teniendo en cuenta que fue aportado por la consejera del área, Soledad Monzón, en sede parlamentaria, más en concreto en la comisión encargada de esta materia, hay que dar por hecho que tanto el Gobierno como la Cámara autonómica saben que muchos canarios tienen un nivel educativo deficiente. Ahora toca buscar la solución, que bien puede ser dotar de más recursos la enseñanza de adultos o respaldar a aquellas personas que estén interesadas en mejorar su formación. Todo menos quedarse parados.