No ha debido ser una semana sencilla para José Luis Martí, obligado a convencer a sus futbolistas de que el objetivo del "play-off" era posible. El discurso, al menos, ha parecido sensato. Había que seguir luchando porque las opciones, aunque reducidas después de dos semanas aciagas, seguían existiendo. Una vez consumado el tercer desastre arbitral consecutivo, el técnico estalló como nunca en su carrera. "Siento impotencia, rabia", empezó diciendo para continuar valorando que "no se puede hacer más para ganar un partido".

Pero aún sin querer, al preparador balear se le iba la mente a Valdés Aller. "Los chicos no se merecen recibir tanta injusticia. No queda otra que seguir adelante. Pero es impotencia lo que siento por todo lo que ha sucedido", volvió a reiterar para admitir que estaba "cabreado" y soltar, sin aspavientos ni faltas de respeto, la crítica más contundente de la noche: "Si hablo del árbitro, igual no me siento más en el banquillo. Creo que nunca, nunca, nunca he cuestionado las decisiones de un árbitro. Pero en tres semanas seguidas se nos han ido siete puntos que nos pondrían en "play-off". Cuando ves un penalti tan claro y está a un metro, pues será que no lo ha visto, si no, lo hubiera pitado. Pero...".

El vestuario blanquiazul estaba hundido al finalizar el encuentro porque los jugadores tenían dentro "esa rabia de no conseguir los tres puntos cuando te los mereces". Martí, abandonando parcialmente su habitual prudencia, reconoció que "el empate no es prácticamente nada" por la necesidad de puntos que traía el Tenerife para seguir aspirando a acabar entre los seis primeros. "Después del gol, nos hemos abierto demasiado. Pero ellos tienen que estar satisfechos por lo superiores que han sido al rival", manifestó para agradecer el esfuerzo realizado a los suyos. A continuación, lamentó que el fútbol no esté premiando al conjunto insular como se merece. "Ojalá que estemos la próxima semana diciendo que hemos sido inferiores, pero con tres puntos más", indicó con cierta frustración.

En el análisis del choque, describió que su equipo había sido "muy superior hasta el gol", pero luego el Elche "se ha estirado y soltado un poco más" porque iba perdiendo. "No hemos sentenciado y ha acabado en empate", comentó deslizando que las ocasiones falladas, en especial la de Nano, pudieron evitar el posterior desastre arbitral. "No se trata de quejarse. Si hubiéramos hecho el segundo gol, igual no estaríamos hablando de esto. Eso lo que hay", insistió para pedir que no se le preguntara mucho más. "Si me pongo a hablar, me sacáis de la lengua. Es que te mete un gol un jugador que debería estar expulsado, que hace 50 faltas en el partido, luego todas las tarjetas son para nosotros. Una mala tarde, vale. Pero es que son tres tardes malas", alzó la voz el entrenador blanquiazul.

Cuestionado por la inclusión de Cristo González en el once, explicó que había intentado "variar la idea, con su calidad porque ellos juegan con las líneas muy juntas; y buscamos verticalidad y jugadores con remate luego". Para Martí, las opciones de "play-off" siguen estando ahí. "A este equipo le veo capaz de ganar todo lo que queda. Lo demuestra en el campo. Incluso contra rivales que vienen en racha. Hasta el final va a pelear el equipo por eso", se comprometió.