El cineasta madrileño Javier Fesser (1964), director de las dos películas que se han rodado de Mortadelo y Filemón con actores reales y de animación 3D, respectivamente, fue ayer el protagonista de la primera jornada de la Muestra Internacional de Cortometrajes de la Universidad de La Laguna (Midec), que se desarrolló en la Facultad de Educación.

Este realizador y guionista estuvo presente en la proyección de algunos de sus premiados cortometrajes, como "Aquel ritmillo" o "Binta y la gran idea", con el que fue nominado a los Oscar, además de "Bienvenidos", con el que participa hoy en el Midec. También se visionaron algunos de sus trabajos realizados para internet y se contó con su participación en un coloquio con los asistentes.

Fesser se mostró contento con participar en este tipo de encuentros por lo que se aprende de los demás, por dar un repaso a lo que hizo desde sus inicios y observar la evolución de su trabajo.

"La experiencia te va enseñando que hacen falta menos cosas para llegar quizás más lejos. En el cine llegar más lejos significa conectar más con los espectadores, llegar al corazón de la gente que está viendo la película. Cuando eres joven te parece que, con toda la parafernalia que se incorpora en los rodajes, cuanto más grúas y helicópteros haya más espectacular es todo. Sin embargo, vas aprendiendo que lo espectacular es lo que emociona sin necesidad de ningún artificio. La evolución es el camino hacia la sencillez", matizó.

Su dedicación al cine siempre ha estado guiada por sus ansias de compartir esas historias que se gestan en su mente. "El cine me ha permitido que las cosas que me pasan por la cabeza, que a veces no son fáciles de explicar, con el lenguaje del cine sí haya podido compartirlas con otros. Me preocupan las cosas que veo a mi alrededor, lo que pasa es que las cuento de una forma particular. A veces, detrás del humor y de situaciones que parecen menos trascendentales, se esconden los asuntos que me preocupan, me interesan o me emocionan. Me gusta contar mis historias y las de los demás. En algunas películas me gusta basarme en la realidad, en otras tirar de la imaginación. Voy huyendo de las clasificaciones".

En este sentido, reconoce que el humor, la ironía e incluso el surrealismo son algunos de sus aliados en algunas de sus producciones, no exentas de crítica y contenido social. "Desde el humor es muy fácil atajar cualquier asunto, pero siempre con respeto a los demás y con honestidad. Con el humor me siento a gusto para abordar cualquier tipo de situación con sinceridad. También he comprobado que es una herramienta fabulosa para llegar de una forma profunda y para tocar asuntos que son complicados. La ironía es una herramienta que si es bien manejada es infalible".

Este acérrimo defensor del papel social y educativo del cine, aseguró que este arte permite al ser humano conocer otras culturas y ponerse en la piel de otras personas para poder respetar otras realidades, además de contribuir a construir un mundo mejor a través del entendimiento.

Han pasado ya más de treinta años desde que comenzó a realizar películas Súper 8 de forma artesanal, ejercicio que todavía mantiene porque aprende técnicas e ideas que luego aplica a sus producciones. Él tiene muy claro que nunca dejará de experimentar.

"Los cortos caseros los utilizo como pequeño taller de pruebas, porque desaparece el miedo a que salga mal, no como cuando estás metido en un proyecto con un equipo de doscientas personas. La libertad que te da hacer una cosa sin importancia en casa, es más sincero y personal. Cuando hice la serie Javi y Lucy hace quince años con muñecos de peluche desarrollé una idea que luego puse en práctica con Mortadelo y Filemón, hacer que todas las acciones físicas estuvieron acometidas con muñecos. Fue algo muy doméstico, pero muy efectivo".

También se refirió a su culto a los personajes de Francisco Ibáñez, a los que llevó a la pantalla en sus películas "La gran aventura de Mortadelo y Filemón" (2003), protagonizada por actores reales, y "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo" (2014), realizada con animación 3D. "Cumplí mi sueño de hacer una película en 3D y dirigir muñecos como estos. Esta ilusión se junta a la de haber podido desarrollar el universo de Ibáñez, que tanto me gusta".

Por otro lado, cabe destacar que una de las iniciativas más loables de Fresser fue crear el festival de cine on line Notodofilmfest, con el que ofreció a los talentos emergentes inmediatez en la difusión infinita de sus películas. "Lo único incierto es tratar de salir de esta situación en la que parece que todo es gratis y nadie te paga por producir algo. Nadie paga por ver un contenido, porque no está muy claro donde está el beneficio de todo este negocio de internet".

Este consagrado cineasta tiene muy claro que "un reto del festival Notodofilmfesdt es unir y cerrar la comunicación entre todo el talento y la creatividad del personal que está trabajando con muy pocos recursos e introducir todas esas carreras en una forma de vida, porque cuando has hecho 20 cortos magníficos te apetecería que pudieras vivir de tu trabajo. El problema es que hay una generación que tiene la idea de que todo es gratis en internet. Ha nacido con esa filosofía de que se tiene acceso inmediato a todo y todo es gratis, y si no es gratis se puede conseguir gratis. Ese es el aspecto en el que hay que trabajar".

Javier

Fesser

director de cine y guionista