En el tránsito por el universo de la sala de la Fundación Cristino de Vera, casi una veintena de personas seguían ayer con atención la voz de Clara Armas, responsable de la muestra, quien de una manera didáctica iba introduciendo mirada a mirada; paso a paso; gesto a gesto y lienzo a lienzo, la visita guiada al universo personal y creativo de Santiago Santana (Arucas, 1909-1996).

La historiografía considera a este artista el último de los pintores indigenistas, que así se llamó a los creadores surgidos de la Escuela de Luján Pérez, quienes por primera vez interpretan "del natural", explicó la guía sobre el método de aprendizaje. Fue lo que se dio en llamar "realismo mágico" y que representa la esencia de la canariedad -hasta entonces una categoría idealizada según patrones importados-, una identidad cultural que se representaba por elementos que iban desde las figuras humanas con sus singulares rasgos físicos (pieles morenas y pies descalzos) a los elementos de una naturaleza propia: la arquitectura popular, barranqueras, la mar, la tunera, la pitera, el drago...

Esa recreación presente en las obras de Santiago Santana (se trata de la primera exposición de este pintor en Tenerife) suponen un elemento de modernidad plástica, que irá evolucionando con el autor desde su primera exposición individual en Barcelona, a sus estancias en París, su regreso a la Ciudad Condal por las estrecheces económicas, la cicatriz de la Guerra Civil y el regreso a las Islas.

Lo cierto es que la fórmula de las visitas guiadas dan la posibilidad de establecer diálogos con los prójimos y, también, con esos objetos aparentemente inanimados que van cobrando vida propia y narrando su intrahistoria.

Así sucedió con el cuadro que aparece en la parte superior de la página, que el hijo del pintor encontró enrollado en un baúl y fechado en la década de los sesenta, cuando por estilo es anterior. Acaso la actitud hedonista de la mujer (novia del artista) recomendó mantenerla alejada de las miradas.

O también de un óleo de gran formato que lleva por título "La siesta", donde aparecen un hombre y una mujer tumbados en actitud de descanso tras las tareas del campo junto a un árbol. En origen, la figura femenina estaba desnuda y la censura obligó a cubrirla.

El mundo de Santiago Santana.

Una evolución vital y creativa desde la mirada a diecisiete óleos

Un total de 17 óleos que representan la evolución vital y artística de Santiago Santana, procedentes de colecciones particulares y que por primera vez se exponen en Tenerife, cuelgan en la sala de la Fundación Cristino de Vera, en La Laguna, donde permanecerán expuestos al público hasta el próximo 23 de julio.