Unas papas, un cenicero o un centro de cristal, marcadores, libros reciclados, marcos para fotos o unas simples pulseras... esto y mucho más fue lo que ofrecieron un total de 40 cooperativas escolares de colegios de toda la Isla en el ámbito de la plaza de La Concepción en lo que fue la primera feria de las dos previstas incluidas en el proyecto "Enseñar a emprender".

Esta feria, que tendrá una segunda parte el próximo 9 de junio en el mismo lugar, tiene como objetivo poner en valor la iniciativa y la cooperación entre los alumnos de los centros escolares implicados en busca de un bien común o solidario, apostando siempre por la responsabilidad, la sencillez, la practicidad y el buen gusto sin el fantasma del fracaso a emprender o de enfrentarse al rechazo.

Organizados por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias y la Fundación de la Universidad de La Laguna (ULL) y con la colaboración del Ayuntamiento lagunero y el Cabildo insular, los algo más de 500 alumnos de los centros escolares (una cifra muy inferior a la esperada) dieron una lección del arte de vender sus productos, de tener un objetivo, en este caso conseguir dinero para el viaje de fin de curso gracias a un huerto bien trabajado que ha dado lechugas, colifrores o coles y papas, para vender a unos precios "tirados", o material escolar o decorativo elaborado y transformado por los niños y niñas para, por ejemplo, destinar las ventas a una iniciativa solidaria.

Los jóvenes alumnos tuvieron que enfrentarse con éxito, todo hay que decirlo, a vender los productos que han hecho, elaborados o transformados siempre con la tutela de sus maestros y profesores.