La voz de Javier Abreu suena triste. Me ponen un audio del líder socialista lagunero que parece una despedida. La ejecutiva nacional del PSOE ha disuelto a la dirección local de La Laguna y ha creado una gestora. El partido estaba dividido. Abreu ha sido cesado. Y muchos de los que hablaban airadamente están desaparecidos en combate.

Lo de La Laguna es mucho más que un conflicto de política local. Parte de los socialistas tinerfeños y alguno de Gran Canaria querían escenificar la crisis del pacto de gobierno entre José Alberto Díaz y Javier Abreu, ante los militantes del partido, como el último capítulo de una supuesta sumisión del PSOE de Canarias a los desplantes y desprecios de Coalición.

Es cierto que existe un desproporcionado malestar en muchas agrupaciones locales socialistas de municipios en donde los vericuetos del pacto en cascada terminaron cascando, desde Arico al Puerto de la Cruz. Pero es lo mismo que les pasa a los nacionalistas en Arona o La Guancha. Sobre los incumplimientos mutuos es imposible edificar un discurso de parte que no concluya en que los dos partidos son incapaces de hacer cumplir sus acuerdos. Es un fallo de dos.

Pero en la trastienda está la debilidad manifiesta que algunos perciben en el liderazgo crepuscular de José Miguel Pérez, secretario general de los socialistas canarios, que se ve más ausente que presente. El repuesto se llama Patricia Hernández, pero hay quienes la quieren desgastar haciéndola corresponsable del supuesto ninguneo al que los nacionalistas someten al PSOE.

Ese es el electoral discurso subyacente de una familia del PSOE en asunto de La Laguna. No es que Abreu la haya liado más o menos, con más o menos razones. Es que el aparato dirigente del PSOE no está ni se le espera. ¿No ven cómo el presidente del Cabildo de Tenerife, el malo malísimo de Carlos Alonso, que lo que quiere es pactar con el PP, se mete un día sí y otro también con la gestión de las áreas socialistas del Gobierno? ¿No ven cómo no cumplen los nacionalistas en el Puerto y no pasa nada? ¿No ven cómo cesan a Abreu en La Laguna y no hay reacción? Todo esto pasa porque los dirigentes del PSOE canario están dulcemente amodorrados en los brazos del pacto con los nacionalistas y no quieren saber nada de problemas. Ergo lo que hace falta es cambiar a la dirigencia del partido (a la que está y a la que aspira a estar) por otros candidatos partidarios de la línea dura.

Pero luego ocurre que en el Cabildo de Tenerife gobiernan pacíficamente CC y PSOE. Y en el Gobierno de Canarias. Y en el siempre difícil Parlamento. Y que CC votó a favor de la investidura de Pedro Sánchez. Y que en Ferraz han aprendido del ejemplo de un PP aislado, sin socios posibles, y no quieren perder sus alianzas territoriales estratégicas por un problema estrictamente municipal o por una estrategia en clave intestina de asalto al poder del partido en Canarias... Esas cosas también pesan.

Quienes han detonado el follón antes de las próximas elecciones de junio se han equivocado en el tiempo. Madrid locuta, causa finita. Como decía Alfonso Guerra, el que se mueva no sale en la foto. Pero Madrid, como los bravucones, ya solo se pone farruca con los débiles. En Barcelona traga. Y en Valencia. Después del 26J, cuando se comprueben los resultados electorales y salgan los cuchillos de paseo, ya veremos. Entonces igual Madrid se queda afónica.