Recientemente tuvo lugar en Donostia (San Sebastián), Guipuzcoa, el VII Congreso Nacional de Homeopatía, el cual se celebra cada dos años desde su segunda edición, en el año 2006 (Puerto de la Cruz, Tenerife). El evento contó en esta ocasión con la presencia de un invitado especial: el premio nobel de medicina de origen francés Dr. Luc Montagnier, quien expuso la lección inaugural con una magnífica ponencia sobre sus trabajos actuales de investigación en el campo de las enfermedades infecciosas.

EL Dr. Montagnier obtuvo el Nobel, el más importante premio en investigación médica, en el año 2008 por sus descubrimientos en laboratorio, junto con otros investigadores, de la existencia del virus del sida. Actualmente, dirige un importante equipo de investigación de carácter internacional en relación a la influencia de infecciones crónicas víricas o bacterianas, o de algunas partículas de estos seres vivos en algunas de las enfermedades crónicas no infecciosas que hoy consideramos incurables.

En relación a la homeopatía y a algunas de las investigaciones llevadas a cabo por él mismo, el eminente científico francés realizó durante el VII Congreso afirmaciones muy contundentes que vienen a revalidar algunos de los planteamientos homeopáticos. El premio nobel afirma que puede demostrarse en laboratorio, todas las veces que se desee, que las muy pequeñas dosis biológicas (tales como las que utiliza la homeopatía) son biológicamente activas para determinadas disoluciones medicamentosas. En sus experimentos sobre presencia de DNA en disoluciones muy altas, se puede observar que el agua tiene cierta capacidad de retener información.

El Dr. Montagnier demuestra experimentalmente que el agua guarda una memoria de las sustancias que estuvieron en contacto previamente con ella y que, por tanto, estas muy pequeñas dosis que utiliza la homeopatía pueden contener algo adicional al agua y el azúcar, al menos para determinadas disoluciones (potencias) y para algunas sustancias. Se habría obtenido en el proceso de disolución un agua modificada, con una huella de la sustancia a la que estuvo expuesta y, por tanto, diferente a un agua normal. Algo confirmado por otros científicos, físicos y químicos de importantes universidades de Reino Unido, Francia e Italia. Todos ellos confirman la presencia de sustancia medicinal en algunas muy pequeñas dosis medicinales.

Semejantes descubrimientos le han valido algunas críticas al Dr. Montagnier por parte de determinados sectores de la comunidad científica, sobre todo en relación a la proximidad de sus descubrimientos con los planteamientos homeopáticos. Pero esto no le ha hecho renunciar a sus descubrimientos científicos. Así, cuando se le pregunta sobre las críticas, él responde: no soy homeópata y lo único que yo hago es describir científicamente mis experimentos; de ahí que otros extraigan conclusiones que sirven para la homeopatía. Puede decirse entre paréntesis que tal es así, que no es homeópata, pues el premio nobel francés plantea el tratamiento con antibióticos de las enfermedades infecciosas. Pero a la vez tiene una actitud abierta hacia otros campos de la ciencia y de la medicina cuando señala que todas las medicinas son buenas si funcionan y curan, usando el mecanismo que usen. Finalmente, y entre otras cosas, señala que no se puede suprimir una parte de la ciencia porque no concuerde con los dogmas.

Como homeópatas, nos llenan de satisfacción estos descubrimientos del Dr. Montaignier y otros investigadores y centros de investigación diferentes y muy acreditados a nivel internacional, pues señalan que, a través de distintos caminos seguidos y con diversas metodologías, se llega a conclusiones similares, y este hecho constituye una importante prueba de confirmación y de validación de carácter científico.

Actualmente existe un desconocimiento sobre la homeopatía en algunos ambientes universitarios, pero resulta evidente que en el terreno científico nunca podemos dejarnos llevar de las apariencias o de las opiniones espontáneas y más o menos preconcebidas, sin antes haber estudiado los hechos. Los hechos son que la homeopatía resuelve muchos problemas de salud humana, y se aplica en agricultura y ganadería. Los hechos son que existen ensayos clínicos que la avalan y también un conjunto de estudios de laboratorio, en veterinaria y en investigación físico-química, tal como pudo verse en las referencias e importantes trabajos presentados en el congreso por diferentes investigadores pertenecientes a las ramas sanitarias ya citadas.

Mucho queda por saber en relación a cómo y por qué la homeopatía actúa, al igual que también existen muchas dudas y aspectos por profundizar en la actual medicina dominante en relación a los mecanismos de acción de algunos de sus medicamentos utilizados con una alta frecuencia. Pero ya se conoce lo suficiente sobre la terapéutica homeopática como para que no pueda ser considerada como una quimera más, sino al contrario, como una posibilidad adicional en el tratamiento de enfermedades. Tanto la Organización Mundial de la Salud como el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo han solicitado reiteradamente su incorporación a los sistemas públicos de salud desde 1997 y 2002. No se puede seguir queriendo mirar hacia otro lado cuando se presentan evidencias de tal calibre y el negacionismo ante los hechos, seguido por algunos, no puede ser la nota dominante en relación a los campos de la ciencia.

*Doctor en Medicina