La responsable de la escuela Air World Center, María Teresa Cabo, se reunió en diciembre de 2015 con los alumnos del curso de tripulante de cabina de pasajeros (TCP) que impartió en Los Llanos de Aridane para explicarles las razones, a su juicio, por las que cuatro meses después de finalizar la formación, y tras pagar cada uno de ellos 3.750 euros, aún no contaban con ningún título o acreditación, lo que ha provocado, tal y como informó EL DÍA en su edición del pasado domingo, varias denuncias y el inicio de las oportunas investigaciones por una presunta estafa.

En la reunión, según queda recogido en las grabaciones a las que ha tenido acceso esta redacción, Cabo acabó acusando a uno de los alumnos, de forma genérica "porque aún desconozco quién ha sido", del retraso en la entrega de los títulos, por una denuncia que tampoco concretó y que Aviación Civil se encontraba supuestamente investigando.

La dueña de Air World Center comenzó la reunión informando de los pasos que había dado para que los títulos llegaran a los alumnos objeto de litigio, dejando claro que su empresa "no tenía ninguna responsabilidad". "Tuve la incertidumbre de si nosotros hubiéramos cometido algún error (...) sufrimos una angustia mayor que la de ustedes", destacó.

La empresaria siguió su alegato poniendo en duda el nivel medio del grupo: "El curso se acabó oficialmente el día 5 de agosto y de forma extraoficial nos enteramos de que suspendieron seis alumnos (se presentaron 18). En nuestra historia nunca suspendió nadie. Antes se examinó otro grupo y todos aprobaron, con el mismo examen que ustedes realizaron".

María Teresa Cabo reconoció que en noviembre de 2015 dos inspectores de Aviación Civil realizaron una visita a su empresa: "Vinieron exclusivamente a pedir la documentación del TCP-11 (curso en La Palma)". Se subsanó "algún pequeño error", tal y como lo calificó, y no fue hasta el 14 de diciembre cuando conoció lo que estaba ocurriendo. Ese día, a las 10 de la mañana, "tuvimos una reunión con Aviación Civil" y le informaron de que "alguien de este grupo había presentado en agosto una denuncia, desconozco de qué, y que ha parado vuestros expedientes. ¡Alguien de ustedes o muy cercano a ustedes ha denunciado a la escuela!", dijo, tratando de evitar, con ello, cualquier responsabilidad.

Ante las preguntas de los alumnos por la denuncia que retrasaba la entrada de sus certificaciones, Cabo apuntó, de forma textual, que "todo está bajo secreto de sumario. Como si fuera un delito de esos que pasan en la tele". Anunció que Aviación Civil "tiene seis meses para investigar. La persona o personas que denunciaron todavía están mandando pruebas de no sabemos qué. De Madrid venimos sabiendo que en Aviación Civil nos quieren más que en La Palma", sentenció.

Ante la sorpresa de los presentes, esta empresaria reiteró en varias ocasiones durante su intervención que "ustedes van a tener sus certificaciones de una manera o de otra", aunque sin dejar de subrayar la denuncia que al parecer frenaba la entrega de los títulos: "Se están haciendo daño ustedes mismos. Si me meten una multa, yo voy a seguir trabajando (...) ¡Dejen de fastidiar! Dejen los malos rollos. Vamos a dejarnos de historias y funcionar como un equipo".

Cabo mantuvo en todo momento su línea argumental, prometiendo "a los que no tienen nada que ver con esto, que no hayan entorpecido nuestro trabajo, que les voy a compensar de la única manera que sabemos: estar al teléfono con compañías aéreas hasta que ustedes vuelen. Tenemos contacto con compañías (llega a nombrar en su conversación a Vueling)". Llegó a calificar a su escuela "como la mejor del España" en su materia, afirmando que "nunca hemos sido sancionados, pero conozco a otras escuelas que les han suspendido cursos y les han quitado la homologación del centro".