La decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid de prohibir las esteladas en la final de la Copa del Rey ha provocado un aluvión de críticas al Ejecutivo de Mariano Rajoy así como de propuestas de boicot al evento deportivo y recursos judiciales, uno de ellos del Fútbol Club Barcelona.

De hecho, el juzgado de lo contencioso-administrativo número 11 de Madrid resolverá mañana sobre el recurso presentado por la asociación de abogados Drets contra la prohibición.

Mientras que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha tomado la misma decisión que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de no acudir al partido en señal de protesta, otros representantes políticos han animado a no acudir al encuentro o a llevar esteladas a pesar de la prohibición.

Rajoy y otros miembros de su Gobierno han avalado la decisión de la Delegación, el líder socialista, Pedro Sánchez, ha acusado al jefe del Ejecutivo de "agitar banderas para no hablar del multazo" europeo a España por el incumplimiento de los objetivos de déficit.

En Palma, en conversación con los periodistas, Mariano Rajoy ha explicado que la decisión de prohibir la estelada no es competencia suya y que la han tomado quienes deben velar por la seguridad del partido, si bien ha recordado las normas de la Federación Española de Fútbol y de la UEFA que prohíben ese tipo de símbolos.

La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ha defendido su decisión al señalar que la estelada es una bandera que "representa al independentismo y que puede generar tensiones" el próximo domingo en el partido entre el Barcelona y el Sevilla.

A esta tesis se han sumado otros miembros del Ejecutivo, como el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el de Justicia, Rafael Catalá,

"A mí me parece perfectamente, tenemos que respetar la ley y los símbolos constitucionales son los que son", ha dicho en Bruselas García-Margallo, mientras que Catalá ha valorado el "ejercicio de racionalidad y sensatez" de la Delegación.

La decisión ha sido apoyada por el PP -el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, ha calificado de "infantil" la decisión de Puigdemont de no acudir al partido- aunque ha habido un desmarque, el del coordinador general del PPC, Xavier García-Albiol quien ha admitido que "no comparte", por una cuestión de "principios", que se prohíban las banderas.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha referido a la "falsa polémica de las esteladas" para acusar al presidente del Gobierno en funciones de "agitar banderas para no hablar del multazo" europeo a España por el incumplimiento del objetivo de déficit.

"Aun no compartiendo el significado de esa bandera, la prohibición no es el camino", ha dicho Sánchez, aunque en el seno del PSOE ha habido opiniones dispares sobre este asunto y por ejemplo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha apoyado la decisión.

De "arbitraria, injusta y muy surrealista" ha calificado la medida la Generalitat, en palabras de la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Neus Munté, quien ha subrayado que la estelada es "del todo legal" y ha sido enarbolada en "movilizaciones del todo cívicas y pacíficas". Por eso ve "indignante" que se prohíba por considerar que incita a la violencia".

Jordi Jané, conseller de Interior, ha hablado con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para explicarle que la enseña no está prohibida, y ha señalado que la Generalitat espera una rectificación por parte de la Delegación del Gobierno. Según Jané, el ministro le ha asegurado que la decisión no ha sido de su departamento sino de la Delegación.

En el Congreso, Democracia i Llibertat y ERC han pedido la comparecencia de Fernández Díaz para dar explicaciones por este asunto.

Mientras, el diputado de la CUP en el Parlament Albert Botran ha animado a los aficionados del Barça que vayan a la final a que "llenen" el Calderón de esteladas, "desoyendo" así una prohibición "totalmente injusta y provocadora".

Y el portavoz de SíQueEsPot, Joan Coscubiela, ha animado a los aficionados del Barça a no asistir al encuentro, y ha precisado que su particular "boicot" será no ver el partido.

En Madrid, el equipo de Gobierno de Manuela Carmena en el Ayuntamiento ha considerado también "insólita" la prohibición.

"Me da también un poco de pena comprobar que hemos entrado en campaña electoral y hay una parte de las actuaciones y declaraciones que van a desarrollarse en el próximo mes y medio que hay que analizar con ese enfoque", ha dicho la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre.

A la crítica se ha sumado el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para quien el problema de la medida no es que tenga un "tono autoritario", sino que es "completamente ridícula", ha apelado a la libertad de expresión y ha lamentado que en otras ocasiones los poderes públicos no actuasen cuando se han exhibido símbolos xenófobos o neonazis en los campos de fútbol.

Al hilo de la polémica, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha propuesto un "pacto entre todos para no llevar símbolos ideológicos al fútbol" y ha apoyado en ese sentido la prohibición de la estelada en la final de la Copa del Rey, a la que ha confirmado su asistencia.

Desde el FC Barcelona, el vicepresidente en materia institucional del club, Carles Vilarrubí, ha advertido de que la medida "introduce un elemento de crispación a 72 horas del partido, absolutamente innecesario".