Los vecinos de Villa de Mazo han convertido de nuevo las calles empedradas del casco urbano en una muestra majestuosa de su sorprendente capacidad para transformar en arte todo lo que llega a sus manos.

Es cierto que ahora lo hacen por las fiestas del Corpus Christi, pero ese don artesanal es tan natural, incluso heredado, que les brota cualquier día del año. Ya lo demostraron en la última edición de las Fiestas de las Nieves.

La procesión del Santísimo Sacramento saldrá del templo de San Blas sobre las 19:30 horas. Justo al acabar la eucaristía del Cuerpo y la Sangre de Cristo. En ese momento, incluso antes, ya estarán "plantados" los arcos, colocados los pasillos, diseñada la alfombra, también el tapiz... Ayer por la tarde, los vecinos, de todos los pueblos, junto a personal municipal se apresuraban para dejarlo todo preparado.

En realidad, el trabajo comienza mucho antes. Primero toca decidir el diseño, como lograr la estructura más atrayente; luego procede ir a buscar las semillas, las hojas, los productos, al fin y al cabo, naturales para la decoración; horas de reuniones en casas de la cultura o en otros centros vecinales para adelantar la ardua labor manual que requieren unas obras tan exquisitas.

Si se comprueba con detalle cada una de las estructuras del Corpus se adivina con facilidad la dificultad que la tarea requiere. Y, aún con todo, se trata de un muestra efímera de arte. Tantas horas invertidas por tantos vecinos para que el domingo se borre todo de un "plumazo".