Un grafiti que reza "Felicidades Pablo" da fe de que, a pesar del abandono, el parque sigue teniendo atractivo. Es más, los fines de semana, y según varios testigos, son centenares de personas los que acuden al área recreativa de Las Mesas, en la parte alta de Santa Cruz, a pasar un buen rato cerca de la naturaleza. Algunos, por lo que se aprecia, demasiado.

Lo demuestran las cantidades de basura que se recogen a principios de semana en los contenedores de la carretera, y la que queda acumulada en el interior del parque, lejos de los ojos de los servicios de limpieza.

La que puede ser el área de esparcimiento más grande de Tenerife languidece a la espera de que, de una vez, se ejecuten los trabajos necesarios para que su funcionamiento sea similar al de otras de la Isla.

Mientras espera por ello, en el parque se producen actividades prohibidas como el encendido de braseros en troncos de árboles o entre piedras, según denuncia el guarda rural de Anaga, Pedro Pérez, que por su actividad frecuenta la zona. "Eso es un peligro porque hay vegetación en la zona y se puede producir un incendio", advierte. De hecho, hace dos años ya se registró un fuego en la zona.

Pero no es el único peligro al que se exponen los usuarios del parque. Arquetas con la tapa rota o sin ella, paredes derrumbadas, mangueras arrancas y vertiendo agua y caminos con la tierra desplazada por el efecto de las lluvias forman parte también del paisaje que ofrece el parque de Las Mesas. Hasta cuándo, no se sabe.

Es cierto que el área recreativa de Los Campitos parece estar perseguida por una especie de maldición. Sirva como ejemplo lo ocurrido hace apenas dos años. Tras cinco años de obras, el Cabildo de Tenerife se vio obligado a resolver el contrato con la empresa que se encargaba de los trabajos de mejora de la zona recreativa por determinados retrasos.

"Los vecinos de Santa Cruz llevan ya demasiado tiempo esperando por este parque. No hemos tenido suerte con esta obra, porque se ha dilatado en el tiempo de manera excesiva. Confío en que esta ya sea la recta final y Las Mesas se abra al público muy pronto", llegó a decir en aquel momento el concejal de Servicios Públicos de Santa Cruz, Dámaso Arteaga. El parque, sin embargo, sigue igual.

Ahora espera por otra partida presupuestaria que la Corporación insular tiene consignada para 2016. Serán 200.000 euros que se sumarán a los 750.000 que ya se consignaron en 2015 para tratar de culminar la primera fase. Restarían varias fases más para poder usar el parque el completo, según está fijado en el proyecto, que data del año 2002.