En esta etapa prelectoral, como en la anterior, apenas se ha planteado por los partidos políticos un posicionamiento sobre algo que encierra un triple valor: el político, como cooperador en la vertebración de España en su unidad; el económico y el humano, sobre la rentabilidad de la tierra y las regiones. Ya en los textos bíblicos, como en el Deuteronomio, encontramos algunas ideas: "Cual baja la lluvia y la nieve de los cielos, y vuelve luego a empapar la tierra, fecundándola y germinándola, para que dé simiente al sembrarse y pan para comer". El agua, bíblicamente, representó el maná, el paso del mar Rojo, el arca de Noé o el agua que brotó entre el costado de Cristo.

He vuelto a releer el discurso académico de Sebastián Martín-Retortillo sobre "Titularidad y aprovechamiento de las aguas", con motivo de su ingreso, en 1995, en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, con contestación de García de Enterría, con 302 páginas y 315 notas a pie de página. Es un estudio que merece ser reeditado, por cuantos desde ángulos distintos -jurídicos, políticos, sociológicos o económicos- se han preocupado no sólo por la titularidad de las aguas, sino por los que el agua, ahora y en el futuro, puede representar en España. Conocí al autor como colegial en el C.M. Cerbuna de Zaragoza, siendo él vicepresidente de su tertulia literaria y revista. Catedrático de Derecho Administrativo, llegó a ser ministro de Administraciones Públicas, con Adolfo Suárez, asís como colaborador del Cuerpo de Letrados Sindicales.

En la obra se recuerdan aportaciones de González Pérez, catedrático y registrador de la propiedad; García de Enterría, otro gran administrativista, y los juristas aragoneses Valenzuela, Gascón y Marín, Joaquín Costa, Jordana de Pozas, LacruzBerdejo y su hermano Lorenzo Martín-Retortillo. El discurso tiene tres extensos capítulos: "Hacia una nueva ordenación de los recursos hidráulicos", "Titularidad del dominio hidráulico" y "Utilización de los recursos hidráulicos".

Se aborda el tema de las comunidades autónomas y sus competencias, que fue clave para el Plan Hidrológico Nacional, que en el Gobierno de Aznar se aprobó con rango de ley, con el error, para mí, de posponer su entrada en vigor a dos años. Con el nuevo Gobierno de Rodríguez Zapatero, y usando la disposición derogatoria, como ocurrió con la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza, se procedió a su derogación.

De otro lado, me permito sugerir que el gran discurso de Martín-Retortillo, en homenaje suyo, y a la vista de la importancia y problemas derivados de la ausencia de un plan hidrológico nacional, pudiera ser estudiado por el pleno de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

*Autor de "España en la encrucijada"