La fuente del parque de San Benito vuelve a lucir como lo que es. Los trabajos realizados sobre ella días atrás le han devuelto el color después de que su agua llegase a brotar en tonos verdes. Un verde intenso, hasta con toques amarillos y algo burbujeante. Según dos usuarios habituales de la instalación, aquello se dio por espacio de al menos un par de semanas, creando una imagen, como pudo comprobar este periódico, inusual.

Desde el área responsable de este espacio achacaron el pasado jueves lo ocurrido a que el viento suele introducir restos vegetales en su interior, lo que implica que el tratamiento con cloro tenga que ser adaptado a esas circunstancias. Un cambio de proveedor, pruebas con un nuevo líquido y, como consecuencia, un menor aporte de esa sustancia fueron las razones del resultado final, que no era solamente cromático, sino que iba acompañado de un olor hasta cierto punto desagradable.

La modificación en el tipo de cloro no debió de dar buen resultado, a juzgar por el trabajo que en la mañana del viernes efectuaban operarios municipales, que procedieron a la retirada del agua (incluso con cubos), lo que dejó vacío esta especie de recipiente, aunque al menos lo devolvió a un azul más propio de una instalación acuática que el color oliva que la había venía acompañando hasta entonces.

Más en detalle, se trata de la fuente del paseo principal del parque, próxima a la piscina del mismo nombre y anexa a las canchas de pádel. En el caso descrito, más allá del verde, la mayor suciedad de su interior se concentraba fundamentalmente en la zona de los chorros y en los extremos, con zonas de espuma blanca y algunos pequeños restos sólidos que flotaban. Solventadas esas anomalías, la fuente espera a ser llenada y a recuperar su mejor imagen, en uno de los espacios de ocio más visitados de los alrededores del casco lagunero.