Astrónomos que usan la nueva versión del Very Large Array en Nuevo México han producido el mapa de radio más detallado hasta ahora de la atmósfera de Júpiter. Gracias a estos nuevos datos se ha revelado el movimiento masivo de gas amoníaco que subyace en las nubes de colores del planeta, visibles a simple vista .

Investigadores de la Universidad de Berkeley han medido las emisiones de radio de la atmósfera de Júpiter en bandas de longitud de onda donde las nubes son transparentes. Los observadores fueron capaces de ver a una profundidad de 100 kilómetros por debajo de las nubes, una región en gran parte inexplorada donde se forman estos fenómenos.

Las emisiones de radio térmicas del planeta son parcialmente absorbidas por el gas amoníaco. Sobre la base de la cantidad de absorción, los investigadores pudieron determinar la cantidad de amoniaco que está presente y en qué profundidad.

Mediante el estudio de estas regiones de la atmósfera del planeta, los astrónomos esperan aprender cómo avanza la formación de nubes y cómo es su circulación. En principio, se sabe que están impulsadas por una poderosa fuente de calor interno de Júpiter. Estos estudios también arrojarán luz sobre los procesos similares que habitan en otros planetas gigantes del Sistema Solar y en exoplanetas recién descubiertos alrededor de estrellas distantes.

"Nosotros, en esencia, creamos una imagen tridimensional de gas amoníaco en la atmósfera de Júpiter, el cual revela los movimientos ascendentes y descendentes dentro de la atmósfera turbulenta", ha indicado Imke de Pater, profesor de la Universidad de Berkeley de la astronomía.

El mapa de radio muestra los gases ricos en amoníaco que se elevan y forman las capas de nubes superiores: una capa de nube de hidrosulfuro de amonio a una temperatura cercana a 200 grados Kelvin y una nube de amoníaco helado. Ambas son fácilmente visibles desde la Tierra por los telescopios ópticos.

"Con la radio, podemos observar a través de las nubes y ver que los puntos de acceso se intercalan con penachos de amoniaco que aumenta en las profundidades del planeta y la localización de las ondulaciones verticales de un sistema de onda ecuatorial", ha señalado otro de los responsables del trabajo, Michael Wong.

El investigador señala que, con este trabajo, se ven altos niveles de amoníaco a más de 100 kilómetros de profundidad, donde la presión es aproximadamente ocho veces la presión atmosférica de la Tierra.