Los habitantes de Madrid son los cuartos de las capitales de la Unión Europea (UE) que más insatisfechos están con la calidad del aire de la ciudad, con menos de un tercio (el 31 %) que afirma estar conforme, según un estudio publicado hoy por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.

El grado de satisfacción con la calidad del aire únicamente es inferior a Madrid en París (solo el 30 % está a gusto), Sofía (28 %) y Bucarest (22 %).

La alta contaminación atmosférica -especialmente de dióxido de nitrógeno- en la capital de España provocó que durante el pasado año el Ayuntamiento de Madrid tomara medidas de restricción de tráfico y aparcamiento en algunas de las arterias de la ciudad.

Aunque la situación ha mejorado, Madrid debe hacer frente ahora a la polución generada por el incendio del vertedero de neumáticos de Seseña (Toledo), que según un estudio de Ecologistas en Acción generó un nivel de benceno (un hidrocarburo cancerígeno) tres veces superior al más alto alcanzado en 2015 en toda España.

Dublín, Viena y Helsinki son las capitales europeas donde sus residentes están más contentos con la calidad del aire que respiran, al contar todas con un 88 % de habitantes satisfechos, de acuerdo con las cifras de Eurostat.

Les siguen Luxemburgo (83 %), Estocolmo (77 %), Liubliana (76 %) y Tallin (75 %).

La encuesta de Eurostat también abarcó el grado de satisfacción de los residentes en las capitales de la Unión respecto a la contaminación acústica, donde Dublín (82 %) y Helsinki (81 %) son de nuevo las ciudades con mayor tasa de conformidad, seguidas por Luxemburgo (79 %) y Viena (78 %).

En este apartado Madrid también se sitúa en los últimos puestos de las capitales, con menos de la mitad (el 45 %) de habitantes que valoraron positivamente el nivel de ruido en la ciudad, empatada con Roma y La Valeta.

Solo Atenas (43 %), Sofía (36 %) y Bucarest (31 %) cosechan un nivel de satisfacción menor respecto al ruido en la ciudad.

Eurostat publicó este estudio con motivo del Día Mundial del Medioambiente, que también coincide con la clausura de la "Semana Verde" de la UE.