Así estaba el acceso a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (RSEAPT) el 1 de junio en curso. Y fijado a la puerta un papel anunciaba: "Cerramos por impago del Ayuntamiento. Abrimos sólo para las actividades programadas. Timbre".

Aparte de en periodo vacacional, no recuerdo yo que esta señera sociedad radicada en la calle San Agustín haya cerrado su puerta en ocasión alguna. Estamos ahora en campaña electoral (lo de precampaña es un eufemismo) para las elecciones generales del 26J, y este "Cerramos por impago del Ayuntamiento" me hace pensar en una suerte de campaña contra CC en el trasero del Gobierno municipal de La Laguna.

Como ya hace un tiempo que me exilié de la RSEAPT, por incompatibilidad plena con el actual director de la institución, desconozco si la Económica está prestando algún servicio al Ayuntamiento, mediante convenio al efecto, por el que el consistorio deba abonar algún canon. Sí recuerdo que la RSEAPT recibía alguna subvención del Ayuntamiento, como las recibía de otros organismos públicos y privados. También recuerdo que tales subvenciones solían llegar tarde, y algunas veces no llegar, lo que suponía un serio esfuerzo por parte de quienes ejercieron la dirección para mantener viva y "abierta" la institución.

He tratado de informarme del cómo se ha tomado tal decisión (la Económica me duele) y tal parece que, como no podía ser menos dado el carácter totalitario del director, ha sido tomada personalmente sin acuerdo de la Junta de Gobierno y sin el conocimiento de los miembros de la institución a quienes bien se les podía haber comunicado con un correo electrónico. Cuando uno se siente dictador, ejerce. Y el actual director ejerce de dictador desde sus primeros días; no se si por formación o por una predisposición esquizoide. De cualquier forma, una desgracia para la plural y señera, que siempre fue, RSEAPT.

Supongo que a final del año en curso, si los estatutos modificados no lo han cambiado, se procederá a la elección de nueva Junta de Gobierno. Miembros tiene la Económica con suficiente bagaje para componer una plancha que restituya el buen nombre y la pluralidad que nunca debiera haber perdido. En las manos de los muchos miembros de número, que discrepan del reciente devenir de la institución, está propiciar que el mandato del actual director que un malhadado día pusimos sea sólo un triste recuerdo.