Baldosas que "funcionan" como árboles y absorben las partículas contaminantes del aire. Suena a ciencia ficción, pero este material, comercializado como ecoGranic, ya se encuentra instalado en diferentes espacios públicos del Archipiélago. El último es el Parque Científico y Tecnológico de Cuevas Blancas, que el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias ejecutan en la zona de Santa María del Mar, en la capital de la Isla.

Estas losas "ecológicas" de hormigón son fabricadas por la empresa PVT a partir del sistema desarrollado por la Universidad de Twente (Holanda), consistente en una reacción catalítica que se activa en contacto con la luz y degrada el óxido nitroso. Luego, este contaminante se convierte en otras sustancias inocuas, como sales minerales, que caen al suelo sin degradarlo, explica Fernando Reyes, representante de PVT en Canarias.

Aunque ecoGranic se ha instalado en diversos lugares de España -Navarra, Bilbao, Palencia, León, Santander, Madrid-, las condiciones climatológicas de las Islas parecen las indicadas para que el material alcance una alta capacidad descontaminante. "La luz es fundamental", aclara Reyes, y de ella está sobrada Canarias y, en concreto, la zona de Santa Cruz de Tenerife. La humedad también favorece un mejor funcionamiento del sistema. Los Llanos de Aridane, Icod de los Vinos, Las Palmas de Gran Canaria o Arrecife son otras de las localidades de la Comunidad Autónoma donde se ha ubicado el producto o está previsto instalarlo. Además de en el pavimento de Cuevas Blancas, las losetas se colocarán en el edificio del parque tecnológico, cuya construcción esta prevista para este verano.

El grado de eficacia del material para reducir la polución del aire depende de los factores citados, pero las pruebas científicas realizadas en algunos lugares la cifran hasta en el 75%. Puede pensarse que los entornos urbanos masificados y con un intenso tránsito de vehículos son las localizaciones ideales para el producto, pero lo cierto es que los contaminantes de la atmósfera son volátiles y se mueven de un lado a otro con facilidad, por lo que zonas en apariencia más libres de polución también están afectadas.

Además de su capacidad descontaminante, las losas son en sí mismas ecológicas, puesto que en su mayoría son elaboradas con "material de rechazo" -procedente de otras baldosas con defectos de fabricación-, repelen la suciedad y son autolimpiables.

Tras unos años de dificultades económicas poco propicios para innovar en obra pública, puede que haya llegado el momento de asumir que la sostenibilidad empieza bajo nuestros pies.