El catedrático de Literatura Española de la Universidad Complutense de Madrid José Montero Padilla inauguró ayer el ciclo de conferencias "400 años de Cervantes" del Casino de Tenerife. El ponente, que fue presentado por el presidente del Casino, José Alberto Muiños Gómez-Camacho, disertó sobre el tema "Dejemos descansar a Cervantes".

El profesor madrileño, que en su alocución trató de recordar a los presentes la siempre actual vigencia de Miguel de Cervantes y de su universal obra, criticó las excavaciones que se hicieron en enero de 2015 para hallar los restos de Miguel de Cervantes en el convento de San Ildefonso de las monjas Trinitarias de Madrid.

"Lo que se hizo en la iglesia no era una novedad porque era sabidísimo a finales del siglo XIX que Cervantes había sido enterrado allí. Entonces ha sido una pérdida de tiempo, de dinero y sólo ha podido servir para presuntas vanidades, afanes de figurar o aparecer en la prensa. Ese presupuesto se podría haber aplicado a otros fines cuando hay tantas cosas por hacer, en vez de un presunto afán por descubrir y poner a la vista los huesos de Cervantes. Dejémosle a Don Miguel que descanse, sobre todo cuando se trata de descubrir cosas que ya se saben desde largo tiempo atrás, porque está documentado y recogido en un libro muy valioso desde finales del siglo XIX. A veces estamos descubriendo América de nuevo".

Este miembro del Instituto de Estudios Madrileños considera que la fórmula mágica para acercarse a cualquier escritor es leer y releer su obra. "A veces nos dicen cosas que no sabemos o nos suenan nuevas, entonces los sentimos más cercanos a nosotros. En el caso de Cervantes, nos encontramos con escritos que nos dicen algo que nos parece nuevo, un acorde, una emoción, alguna nueva idea que nos habla muy directamente a nuestra cabeza y a nuestro corazón".

Montero Padilla, que también pertenece a la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, es un acérrimo defensor de la vigencia de la obra de Cervantes y de muchos clásicos, tanto en el mundo de la literatura, como el arte u otra manifestación creativa.

"Las obras clásicas siempre tienen vigencia. Los cuadros de los grandes pintores, como tantas otras cosas, aunque las hayamos visto muchas veces, cuando las volvemos a ver nos dicen algo que nos parece nuevo, o con esas páginas que ya he leído en varias ocasiones. Esa es su gran virtud. Las obras clásicas son eternas y siempre nos dicen algo nuevo. Nos siguen emocionando Hamlet de Shakespeare, Don Quijote, o Dulcinea, según vamos encontrando nuevas emociones e idea nuevas".

Miguel de Cervantes renovó el género de la novela con su "Don Quijote de la Mancha", un personaje que satirizó las imperantes novelas de caballerías, hasta construir una obra que reflejó la sociedad de su tiempo, además de ciertas pautas del comportamiento humano.

Este estudioso de la literatura española, además de profesor numerario de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, comentó que le interesa mucho la vigencia de Cervantes en sus lectores, que son quienes deciden qué leer de la producción narrativa o poética del escritor madrileño.

Cuestionado sobre si se le ha dado tanta importancia a Cervantes como a Shakespeare, matizó que "creo que sí. Lo que pasa con las figuras insignes es que se pueden decir tantas cosas que nunca se ha dicho todo. Siempre quedará algo por decir, por añadir o por descubrir, o que creemos que descubrimos. Esa es la virtud de las grandes obras de arte, siempre están vivas, siempre están vigentes, siempre pueden decirnos algo nuevo".

El ciclo "400 años de Cervantes" del Real Casino de Tenerife continuará el próximo jueves, 16 de junio, con la participación del catedrático de Filología Española de la ULL La Laguna Y y escritor Juan Manuel García Ramos, quien hablará sobre "Del Quijote al boom hispanoamericano".