El cadáver descuartizado hallado el pasado martes en dos maletas en aguas del puerto de Santa Cruz de Tenerife, frente a Valleseco, pertenece a Augusto da Silva Claudemir "Cado", un brasileño de 37 años que vivía en el barrio de Salamanca de la capital tinerfeña. Era un contratista, pequeño constructor y albañil que en pocas semanas se hizo popular en un bar del enclave por su carácter abierto, sociable y generoso.

El delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, manifestó ayer a Efe y El Día Televisión que el hijo de la víctima, un menor de 16 años, identificado como J.D.S., confesó que mató a su padre después de mantener una pelea familiar.

Hernández Bento destacó el trabajo de los investigadores de la Guardia Civil para resolver el asunto.

El esclarecimiento de este macabro suceso en un "tiempo récord" fue posible por el testimonio de un taxista.

El profesional del taxi, tras ver la noticia del hallazgo de restos humanos en una maleta junto al Muelle de la Piedra, empezó a atar cabos y recordó que la tarde del lunes recogió a un adolescente en el barrio de Salamanca que portaba dos maletas. Dicho menor le pidió que le dejara frente al barrio de Valleseco. Con esa información y la descripción física del joven pasajero, los agentes se dirigieron hasta la confluencia de las calles del Olvido, Fernando Primo de Rivera y Calvo Sotelo. Tras preguntar a algunos vecinos, fue sencillo localizarlo y poco después acabó detenido.

El presunto autor del parricidio es un menor de 16 años, que se expresa en portugués, de carácter reservado y que hablaba poco cuando acudía al bar situado a 20 metros de su vivienda.

La víctima del homicidio y el acusado apenas llevaban dos meses en un piso bajo del número 22 de la calle del Olvido, en el que solo residían ellos. A las 15:18 horas de ayer, un coche camuflado de la Guardia Civil aparcó sobre la acera delante del portal de dicho edificio. Del vehículo se bajó, con el rostro tapado por una manta marrón, un joven con camiseta azul y un pantalón de chándal azul marino. Su visita sirvió a los investigadores para hacer, en presencia de una delegación judicial, una primera reconstrucción de los hechos en la vivienda donde supuestamente ocurrió la muerte violenta y el desmembramiento de Augusto da Silva.

Agentes del Grupo de Delitos contra las Personas y del Laboratorio de Criminalística prosiguieron una inspección ocular y recogida de vestigios y pruebas que se incorporarán a la instrucción.

En la tarde del martes, buceadores del Grupo Especializado de Actividades Subacuáticas (GEAS) descubrieron una segunda maleta con la cabeza y las extremidades de la víctima. Estos otros restos también fueron llevados hasta el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife.

Augusto da Silva se relacionaba mucho con los clientes y personal del bar situado entre las calles Del Olvido y Calvo Sotelo. Casi todos los días pasaba por el local y muchas veces almorzaba allí. Una mujer latinoamericana señala que era "sociable, agradable y respetuoso; no era agresivo ni conflictivo".

Clientes de diferentes edades, hombres y mujeres, guardan un buen recuerdo de Augusto. Su hijo se expresaba mejor en portugués. Acudía por el local mucho menos que su padre.

La última vez que se vio con vida en el bar al contratista brasileño fue la noche del pasado domingo, según un vecino.

Supuestamente, el menor empleó una radial para cortar la cabeza y las extremidades del progenitor.

El furgón del albañil, un Renault de color blanco con matrícula extranjera, quedó aparcado sobre una acera de la zona. Los conocidos y amigos de la víctima prefieren no hablar al ver la imagen de Augusto.

El detenido pasará hoy a disposición judicial

Hoy está previsto que el adolescente de 16 años detenido por el homicidio y el descuartizamiento de su padre pase a disposición del Juzgado de Guardia y de la Fiscalía de Menores de Santa Cruz de Tenerife, que determinarán si ingresa en el centro de Valle Tabares.

La víctima residió en varios municipios

El fallecido llevaba más de una década en Canarias. Durante más de 8 años ejerció como trabajador autónomo de albañilería con residencia en La Laguna o Güímar. Y en 2008 pidió una subvención al Gobierno canario para formación de la que él mismo desistió.