La democracia española incorporó desde los años 80 a millones de mujeres al mercado laboral, al funcionariado, la universidad y a muchos parlamentos o consistorios, en lo que fue clave desde hace 10 años las llamadas listas cremalleras o cuotas, aparte de leyes como la de igualdad. Mucha más lenta y, por tanto, muy censurable ha sido su llegada a puestos directivos en la empresa privada o la igualación de salarios al hombre a mismo trabajo. De hecho, el desfase en lo que se cobra aún se sitúa sobre el 25% y se requieren 58 días laborales más. Pero la política siempre fue por delante y estas nuevas elecciones lo dejan claro, al menos en la provincia tinerfeña, donde cuatro carteles de los cinco partidos con diputados el 20D mostrarán a mujeres que repiten o se estrenarán en el Congreso, como Ana Zurita (PP).

Este es el caso novedoso y sorprendente del 26J. Aunque a muchos sigue sin convencer el argumento de Pablo Matos, habitual cartel de los conservadores, sobre que entendió que era mejor ocupar la segunda plaza, la apuesta por Zurita refuerza el creciente liderazgo femenino en un partido, otrora, mucho más masculinizado entre los candidatos. Además, y aunque haya sido mucho más forzado por el caso Soria y su truculenta dimisión, en el PP tampoco tendrán corbata en su cartel principal de Las Palmas, que ocupará la exdelegada del Gobierno María del Carmen Hernández Bento.

En el PSOE, repite Tamara Raya, portuense de aún corto recorrido político, pero que sorprendió en la anterior campaña y que parece reforzada, aunque otra cosa es que su partido lo esté ante Podemos-IU. En CC, la incombustible Ana Oramas volverá a evidenciar su experiencia y fuerza, mientras que, en C''s, Melisa Rodríguez se reivindicará justo cuando la han criticado por ser fruto, supuestamente, aunque lo niega con vehemencia, de la selección de una empresa especializada en imagen.

Solo Alberto Rodríguez, el ya célebre diputado de Podemos por sus rastas, impide el pleno femenino, si bien su perfil alternativo se aleja mucho de aquellos candidatos de los 70, 80, 90 y casi de principios del presente siglo. Eso sí, en Las Palmas le acompaña Meri Pita, quien sustituye a la jueza Victoria Rossel con el objetivo de repetir o aumentar el éxito del 20D y contribuir al anhelado sorpasso al PSOE desde la izquierda que históricamente ha trascendido a la socialdemocracia, aunque ahora, y como Anguita con su programa, se reivindiquen como el auténtico socialismo democrático.

Este panorama que ya podemos contemplar en la cartelería, si bien en mucho menor medida por la repetición de comicios y la reducción de presupuestos de campañas, contrasta enormemente con el hecho de que, en 1977, ninguna candidatura la encabezó una mujer, ni del PCE, ni del PSOE, ni del PSP, ICU... Es más, entre los siete diputados electos, cinco de UCD y dos del PSOE, solo hubo una mujer (Esther Beatriz Tellado, de UCD) que, por supuesto, o por desgracia, no fue de número 1.

En 1979, ocurrió algo muy similar, solo que a Tellado la sustituyó María Dolores Pelayo, aún en la UCD, si bien luego hizo una larga carrera política nacional y en Canarias (en el Ayuntamiento de Santa Cruz) en las filas del PSOE. Eso sí, al Congreso nunca fue de primer cartel. De hecho, fue la única fémina que entró por la Provincia en el gran triunfo socialista de 1982 y lo mismo entre 1986-89, del 89 al 93 y del 93 al 96, lo que deja a las claras la apuesta por las mujeres del resto de partidos con opciones de obtener acta.

De 1996 a 2000, y ya con Aznar en la Moncloa, la única representación femenina de la Provincia tinerfeña fue la socialista Belarmina Martínez, aunque el número uno fue para José Segura. Es más, y según fuentes del PSOE, Pelayo renunció a repetir en la plancha tras solicitar precisamente ir de número uno y negárselo la dirección socialista regional.

De 2000 a 2004, el PP dio un importante salto al meter a dos diputadas, si bien no abriendo la plancha. Fueron Raquel Lucía Pérez y Ofelia Reyes y no se vieron acompañadas por ninguna otra mujer de otros partidos, ni del PSOE. Las tornas cambiaron por completo de 2004 a 2008, al entrar las socialistas Gloria Rivero y Mercedes Coello, así como, por primera vez, Ana Oramas con CC, mientras que el PP volvió a masculinizarse en sus actas en Madrid.

De 2008 a 2011, estas tres diputadas de PSOE y CC siguieron sin más acompañamientos en el PP. El panorama sí cambió de 2011 al 20D, con Águeda Fumero y Ofelia Reyes por el PP; la actual vicepresidenta regional, Patricia Hernández, por el PSOE (sustituida al final por Ana Rodríguez) y Oramas, de nuevo, por CC.

El pasado 20D, Tamara Raya fue la primera que abrió el cartel socialista, Melisa Rodríguez entró en el Congreso con el 65% del escrutinio, Oramas lo hizo con más holgura y, ahora, todas aspiran a repetir y, encima, compiten con otra fémina más, Ana Zurita (PP). Quizás todas usen corbata, pero será, seguramente, en carnavales.

El agudo caso de Las Palmas de Gran Canaria

Si la presencia femenina entre los diputados de Santa Cruz de Tenerife ha ido creciendo respecto a los 70 y 80, en la provincia de Las Palmas la escasez fue mucho más aguda hasta el año 2000. De hecho, en la legislatura constituyente (1977) no hubo ninguna mujer y lo mismo ocurrió entre 1979 y 1982, desde el 28 de octubre de ese año y junio de 1986, del 86 al 89 y del 89 a 1993. El estreno llegó 16 después con la conservadora María Bernarda Barrios, si bien Paula Monzón (CC) sustituyó a Lorenzo Olarte el 26 de julio de 1995. Barrios repitió del 96 a 2000 y le acompañó la socialista Lucía Ruiz. La cosa mejoró de 2000 a 2004, con Barrios (PP) repitiendo, aunque fue sustituida por María del Mar Arévalo el 17 de febrero de 2002. Entre los populares, también entró María del Carmen Castellano por José Jiménez y estuvo Águeda Montelongo y fue sustituida por Ana María Guerra, mientras que Soledad Monzón (hoy consejera de Educación) representó a CC al entrar por José Carlos Mauricio. De 2004 a 2008, hubo 5 diputadas, de 2008 a 2011 la cifra bajó a cuatro y de 2011 a 2016, tres. Lejos queda aquel 1983, en el que el Parlamento canario solo tuvo a una señoría (Loly Pellyser, PSOE), cuando, ahora, son mayoría: 32 de 60.