La mesa redonda se celebraba con el título "Proyección hotelera canaria en los próximos cinco años". Su subtítulo, bastante más extenso, incluía una alusión a la economía colaborativa como uno de los "nuevos modelos" que generan, a su vez, un "nuevo escenario competitivo" para el turismo en las Islas. Pero fue ese aspecto -el alquiler vacacional como, a juicio de parte del sector, falso ejemplo de economía colaborativa- el que acaparó ayer la cerca de hora y media de conversación entre directivos encuadrada en la tercera edición del Gran Debate Hotelero del Grupo Vía.

Los representantes de la patronal de la provincia, Ashotel, reiteraron su radical oposición a flexibilizar la actividad de las viviendas vacacionales y permitirla en las zonas turísticas. El presidente de la entidad dedicó su intervención a "desmontar el mito" de que el alquiler turístico se inscribe en un modelo colaborativo de la economía. Según Jorge Marichal, en esta actividad "no hay gratuidad ni se comparte nada" y "existe un alto nivel de intermediación que aprovecha una ventaja competitiva", derivada de su menor sometimiento a normativas. Se trata, sentenció, de "un negocio como cualquier otro". Como ejemplo, recordó que una de las plataformas dedicadas a intermediar en el alquiler de casas para el turismo, AirBnb, cotiza más de 24.000 millones de dólares en Bolsa.

Junto a esta rotunda postura, el director del grupo Fariones Hotels, Javier Suárez, advirtió de que el alquiler vacacional es una realidad que "ha existido siempre" y con la que el sector hotelero está obligado a convivir. "Podemos intentar poner vallas al campo, pero no limitar la fuerza del mercado", dijo. Los hoteleros tendrán que adaptarse, según el directivo. Esta aclimatación a una situación que Suárez cree irreversible deberá pasar por la generación de nuevos productos e, incluso, por la búsqueda de "vías de explotar ese nuevo mercado".

El presidente de Ashotel dejó claro que no rechaza el alquiler vacacional, pero siempre que este cumpla unas normas y respete la separación de usos -residencial y turístico- en la que, a su entender, descansa el éxito del modelo del Archipiélago.

Más contundente fue Victoria López, directora del Grupo Fedola y vicepresidenta de Ashotel. "Al enemigo ni agua", afirmó. Generalizar el alquiler turístico supondría, alertó, poner en peligro la sostenibilidad y la calidad del destino, además del empleo hotelero.

Javier Muñoz, consejero de Iberostar en Canarias, vinculó la flexibilización de esta actividad con una "sobrecarga" del destino, un "uso abusivo de las infraestructuras" y un riesgo para un modelo que ha funcionado.

El Cabildo, contrario a modificar el decreto

El consejero de Turismo e Internacionalización del Cabildo de Tenerife, Alberto Bernabé, expresó ayer la oposición de la institución a modificar el decreto que regula el alquiler vacacional en Canarias. "El Cabildo está posicionado con la postura de la patronal", enfatizó Bernabé en la inauguración de la tercera edición del Gran Debate Hotelero, organizado por el Grupo Vía. Según el consejero, la normativa actual protege el modelo turístico que rige en el Archipiélago. La Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav) ha acusado a la administración insular tinerfeña de ser la más restrictiva en la concesión de autorizaciones para el inicio de esta actividad.