Es la quinta vez que se embarca en una aventura que, poco a poco, está ampliando sus fronteras. De hecho, este año aumenta el perímetro de sus clases con sesiones en Las Palmas de Gran Canaria y Fuengirola. El Auditorio de Tenerife acogerá entre los días 27 de junio y 8 de julio la quinta edición del taller de hula que dirige Yurena Namahana. "La principal novedad es que este año hemos abierto el plazo de inscripción a los niños", asegura una tinerfeña que reside en Hawaii. "A ver si a través de los más pequeños de la casa podemos ir eliminando la vergüenza que aún sienten los mayores en participar en una experiencia bastante divertida", incide la coordinadora de una actividad que se desarrollará tres veces a la semana (lunes, miércoles y viernes) y cuya inscripción se puede realizar en la dirección electrónica taller@auditoriodetenerife.com o llamando al teléfono 922 56 86 00 (Ext. 180 - 336).

Dedicarse un tiempo a sí mismo. Esa es la filosofía con la que regresa un taller que busca exaltar unos valores como el amor, la felicidad o el respeto. "El hula es algo más que una danza; es una forma de vida tan importante como el surf para Hawaii", compara una artista que en los últimos diez años ha residido en la localidad de O''ahu. A lo largo del taller, que comienza en siete días, los asistentes tendrán la oportunidad de aprender Oli Aloha (el cántico de Aloha), pasos básicos del hula, el baile completo del hula kaniko, letras del baile y a escribir los pasos y los movimientos. "Una de las cosas más llamativas con respecto a anteriores ediciones es que hay gente que repite", asegura la primera "kumu hula" (profesora de hula) de España. Como ya ocurrió en otras ocasiones, el 8 de julio tendrá lugar una exhibición final en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife (21:00 horas).

Namahana asegura que la danza ancestral está teniendo cada vez más influencia entre las mujeres. "Tradicionalmente era una forma de entrenamiento más de los guerreros y esa fuerza es la que se transmite en cada uno de los movimientos. Aún les cuesta venir -dice en relación al papel que juegan los hombres en este taller-, pero en algún momento tendrán que empezar a venir porque es una experiencia muy positiva", concluye Yurena.