El tercer partido de la serie final por el título entre Real Madrid y Barcelona, tras el 1-1 en los dos primeros partidos, tiene el aliciente, para el vencedor, de lanzar el primer órdago por el título.

Con el empate a uno, el Real Madrid sale claramente favorecido por haber ganado en Barcelona un partido, por tener ahora el factor cancha a su favor y, sobre todo, por haber dado una gran impresión con su juego de ataque y defensa.

Dicho esto, el Barcelona sigue siendo el mismo superequipo y puede revertir la situación e incluso ganar el título en Madrid, si gana los partidos de hoy y del miércoles.

El Madrid de Pablo Laso ha demostrado que no tiene problemas en ataque. Los 99 puntos del primer partido y los 90 del segundo les avalan. En defensa, tampoco les han ido mal las cosas, por mucho que el primer punto se perdiera por una acción final en el que la defensa hizo aguas por todas partes. En el segundo choque, dejaron al Barcelona en 70 puntos jugando en casa.

Por ahí deben seguir los madridistas si quieren renovar el título de Liga. También el aspecto moral puede tener su importancia, aunque Laso prefirió no prestarle mucha atención a esto último: "No pienso mucho en el aspecto psicológico suyo, ni en el nuestro".

Los de Xavi Pascual llegan a Madrid con el agua al cuello, pero seguro que también con el recuerdo que los dos partidos que esta temporada han jugado en la cancha de los blancos los han resuelto a su favor.

El primero en la primera vuelta de la Liga Endesa, cuando ganaron por 84-91 en un partido que dominaron en todo momento; y el segundo en la Euroliga, en un partido del ''Top 16'' resuelto con una canasta sobre la bocina de Justin Doellman (86-87).

El Barça estará pendiente de la evolución de Juan Carlos Navarro, que acabó con problemas en el tobillo.