"La más alta institución de nuestro país estaba al caso de todo" lo que hacía el Instituto Nóos, ha insistido hoy en su informe final en el juicio el abogado Manuel González Peeters, defensor de Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarin.

Según el letrado, en el caso de que el tribunal admitiera, en contra de las pruebas, que Torres cometió algún acto ilícito, su responsabilidad estaría cubierta por un "error de prohibición", ya que como tenía el aval de la Casa del Rey "no se podía saber en ningún caso que aquello que se estaba llevando a cabo pudiera tener alguna suerte de atisbo de irregularidad".

González Peeters ha considerado que los testimonios de Urdangarin, Cristina de Borbón, el asesor legal del Rey José Manuel Romero y el exsecretario de las infantas Carlos García Revenga ratifican la completa supervisión de la Casa Real sobre las actividades del Instituto Nóos.

"No se hacía nada sin que se obtuviera la aprobación, la habilitación o la bendición" de la Casa del Rey, ha recalcado con vehemencia.

Ha señalado que durante el juicio se han puesto de manifiesto numerosas evidencias de esa supuesta supervisión del entorno de la jefatura del Estado hasta detalles como la adquisición de un coche y una impresora.

El letrado, que ha centrado todo su alegato en intentar desacreditar la actuación de las acusaciones, ha hecho hincapié en que en el aspecto concreto de la relación de Nóos con la Casa Real la argumentación de la Fiscalía "zozobra".