Jaime Alonso, hasta no hace mucho líder vecinal de Las Moraditas de Taco, libra ahora otra batalla, esta vez con su persona como protagonista. Desde hace dos días permanece frente a las puertas del ayuntamiento para protestar por una "situación injusta" que le ha "amargado la vida". Y lo hará "hasta que el cuerpo aguante", sin descartar una huelga de hambre o una acampada.

Sancionado hace once años (2005) por la Gerencia de Urbanismo por levantar, según asegura, "un metro más" de un muro que hizo en su casa -tenía permiso para 2,5 metros y levantó 3,5-, a Alonso le embargaron parte de su pensión de jubilación en enero de 2015.

Era la forma que tenía la administración de cobrarse los 15.000 euros a los que asciende ahora la multa. La sanción original fue de 10.000 euros -ha incrementado por los intereses de demora- al considerar los técnicos municipales que lo que hizo fue una obra mayor y, por tanto, cometer una infracción grave.

"Todos me han cerrado las puertas", lamenta Alonso, quien asegura que, en mayo de 2015, tanto el alcalde, José Manuel Bermúdez, como el por entonces edil de Urbanismo, el socialista José Ángel Martín, "me dieron su palabra de que la situación de arreglaba". Nada se ha cumplido.

"Nos han quitado media vida", relata el vecino, en referencia al estado de salud tanto suyo como de su mujer. "Solo pido una multa justa, y que alguien dé la cara", remarca.

Fuentes municipales consultadas ayer indicaron que el consistorio es conocedor del caso y que está en "contacto permanente" con el afectado para tratar de buscar una solución al problema.