Tomates, papayas, hortalizas, plátanos, viñas... y pitayas desde el año 2005. Comenzó con un ensayo en un invernadero de 3.000 metros cuadrados por parte de los técnicos del Cabildo. Es una flor nocturna original de Centroamérica cuya polinizador natural es un murciélago que no hay en Canarias, por lo que la polinización aquí se hace a mano.

La pitaya es una fruta tropical que crece por debajo de los 300 metros cuya floración se produce cada cuatro o cinco semanas, pero su floración se produce durante un solo día (más o menos, una semana después de la luna llena) y es el momento para polinizarla. Ayer, por ejemplo, fue uno de ellos.

Bernardo García es el agricultor propietario de la finca La Sabina, emplazada desde Las Eras de Arriba hasta la franja alta, que apostó por este cultivo que hoy exporta a Europa y que adquiere una de las cadenas de alimentación más importantes. Se trata de una planta trepadora de la variedad cactus que aquí se produce con métodos sostenibles.

La pitaya es un fruto exótico, de forma oval y con una pulpa de colores que abarca desde el blanco al rojo intenso.

La floración de la pitaya es "un arte natural efímero" y una "explosión de colores", una apuesta más del agro ariquero que tantas ha hecho durante las últimas décadas. Esta vez, como en otras ocasiones, corresponde a la iniciativa privada la apuesta y la inversión por la variedad y el desarrollo de la economía del sector primario local.