Los británicos han decidido abandonar la Unión Europea y aunque hasta dentro de unos años no estarán claras las condiciones de ''divorcio'', si la salida conlleva también abandonar el Espacio Económico Europeo los cerca de 290.000 británicos que residen en España se convertirían en inmigrantes en situación irregular al dejar de ser ciudadanos comunitarios de pleno derecho y perder así los beneficios que el acuerdo Schengen de libre circulación y residencia ahora les concede. Más de 102.000 españoles estarían en la misma situación.

Así lo ha explicado a Europa Press el portavoz de la Subcomisión de Extranjería del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), Francisco Solans, quien ha incidido en que la situación "dependerá de ellos" y de "lo fuerte que vayan a dar el portazo" a la Unión Europea.

"Lo previsible es que se acojan al estatuto que hoy tienen los noruegos, los suizos y los islandeses. Esto implica que se saldrán de la UE pero se mantendrán dentro del Espacio Económico Europeo y por tanto, de su libre circulación y residencia, a no ser que quieran otra cosa, porque no hay que olvidar que gran parte de la campaña del Brexit ha girado en torno a la inmigración y en ese aspecto, se quedarían igual que ahora", ha comentado.

Solans incide en que esta solución "sería la ideal dadas las circunstancias" porque poner "cortapisas" a la libre circulación en la UE implica restringir no sólo el flujo de personas, sino también el de mercancías y capitales. Con todo, "quizá no sería aceptable para quienes han votado el Brexit por su rechazo a los inmigrantes que van allí a trabajar, porque con esa solución el ''fontanero polaco'' va a seguir existiendo".

Según señala, Noruega, Suiza, Lienchestein e Islandia tienen un estatuto de libre circulación y establecimiento, con sus tarjetas de ciudadano comunitario, y están sometidos a la normativa europea al respecto en las mismas condiciones que los ciudadanos de la UE. "Esperemos que se imponga el sentido común y no se salgan también de esto. Es una excusa muy buena para que nada cambie aunque haya cambiado todo", afirma.

En el caso de los españoles que allí residen, algo más de 102.000 personas de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística, la situación sería la misma, según el experto, porque las condiciones en todo caso serían recíprocas. "Al final va a haber un divorcio con muchos hijos en común y van a tener que seguir relacionándose por su bien, aunque no estén en la misma casa", afirma.