Desde el obispo, Bernardo Álvarez, que bendijo las nuevas instalaciones, al alcalde, José Manuel Bermúdez, pasando por la consejera de Deportes del Cabildo, Cristo Pérez, o la concejala y exalumna, Marisa Zamora. No quisieron perderse ayer la inauguración del polideportivo cubierto del colegio la Pureza de María, en la calle General Ramos Serrano y cerca de la Rambla de Santa Cruz. Desde 1922, un referente de la enseñanza en la ciudad, en la isla y en Canarias.

Unas 150 personas, entre alumnos y exalumnos, docentes, personal del centro y familiares acudieron a la "puesta de largo" de la cancha de baloncesto que lleva el nombre de la fundadora de la congregación -en Mallorca y a fines del siglo XIX- Alberta Giménez.

La directora Carmen Teresa Vilar -mencionó como ejemplo a Del Bosque- valoró "un sueño hecho realidad" y animó a "educar en el deporte" para "ser mejores a la hora de servir mejor a una sociedad anhelante de acciones altruistas". Con valores como "la unión, la amistad y el equipo".

Bermúdez recalcó el "cariño" en el proceso construcción, en pleno corazón de la ciudad, cuyos detalles conoció en abril de 2015. Tras la bendición del obispo, tres alumnas interpretaron con sus violines los himnos de Canarias y España. Un recorrido por las instalaciones precedió al piscolabis al que invitó la directora para "celebrarlo en todos los sentidos"

El polideportivo es fruto del diseño de los arquitectos Ramiro Cuende y Santiago Gutiérrez, presentes ayer, y los trabajos durante un año de OHL.

Gutiérrez resumió: "Sobre una parcela de 2.400 metros cuadrados, 1.200 construidos, se levanta la cancha. Lo más complicado ha sido la logística al estar la parcela bajo rasante de la calle Enrique Wolfson y no querer molestar al entorno. Eso obligó a crear micropilotes. El resultado, un recinto pequeño, pero coqueto y de colores alegres, nos deja contentos. La hermana Mercedes García, la jefa de obra, no dudó en ponerse el casco y estar al pie de la faena".