Las cabras volvieron ayer al muelle del Puerto de la Cruz para cumplir con el tradicional rito del baño en el mar. Varios cabreros del Valle de La Orotava trasladaron su ganado a la ciudad turística para participar en una costumbre ancestral, que se cree que iniciaron los guanches para desparasitar las cabras y fomentar su apareamiento. Un ritual sanador y asociado con la fecundidad.

El baño de las cabras, que ayer reunió a cientos de espectadores alrededor del muelle, se perdió entre 1960 y 1982. Fue recuperado en 1983 y, desde el fallecimiento de Chucho Dorta en 2002, la Asociación Cultural Amigos del Baño de las Cabras, con Amílcar Fariña al frente, se encarga de mantenerla viva cada año. Para la edil de Cultura, Sandra Rodríguez (CC), es importante preservar una tradición que es "un atractivo cultural y turístico".