"¿Y si la silla estuviera aún rota?" Con esa pregunta, en la que mezcla cierta indignación con una dosis de incredulidad, comienza Francisco Antonio Marcelino Curbelo (Paco el de los ciegos en el entorno de La Salle) el relato de una historia que comenzó un 14 de abril de 2013 y cuyo último episodio se escribió esta semana.

Ese día, y mientras viajaba para acudir a su puesto de trabajo, un brusco frenazo del tranvía al cruzarse un coche en la vía le hizo golpearse con fuerza contra una de las barras de hierro del módulo habilitado para personas con discapacidad. La de él supera el 90%.

Según el parte del médico que lo atendió, Paco presentaba una contusión dorsolumbar. Una lesión menos grave de lo esperado. Lo complicado llegaría después.

Como consecuencia del impacto con la barra de hierro, la silla de ruedas con la que se mueve sufrió la rotura de los reposapiés y del respaldo. Una avería de consideración cuya reparación costó 568 euros.

Aquí comenzó su lucha. Tras tres años de papeleos, hace unos días Paco recibió la resolución de Metropolitano de Tenerife sobre su reclamación para que le abonaran el dinero que adelantó para que su silla volviera a funcionar. Y resultó ser negativa.

"Le informamos de que, dado que el causante del siniestro fue otro vehículo que MTSA tenía identificado, debía solicitarnos por escrito los datos del causante del siniestro a efectos de poder facilitárselos y de esa manera dirigir, el señor Curbelo, su reclamación a la compañía aseguradora correspondiente", concluye la empresa responsable del tranvía.

De ahí el enfado de Paco. "¿Y si el coche está dado de baja o sin seguro?", se pregunta. "Qué poca sensibilidad. No reclamo una tablet o un móvil. La silla es parte de mí. Son mis pies", argumenta este vendedor de la ONCE desde hace más de veintiocho años.

"Me dicen que me dan el expediente. ¿Y cómo voy a hacer el trámite? ¿Con la silla rota?", añade el afectado, haciendo referencia a que si no hubiera tenido medios, aún hoy estaría con la silla de ruedas averiada. "Y en la cama", apostilla. "¿Cómo hubiera hecho yo mi vida cotidiana?".

"Creo que se necesita tener más sensibilidad con las personas que sufren una discapacidad. Yo entré al tranvía con la silla en condiciones y salí de él con la silla rota", remarca. "Ya nos cuesta bastante desenvolvernos para que ellos nos pongan más trabas a la hora de gestionar una reclamación a terceros", subraya.

Al margen de que finalmente se solucione o no su caso, Paco quiere que con su historia los usuarios del tranvía se den cuenta de que están "indefensos". "La cobertura que ofrecen es solo si tienes una lesión física", precisa.

Y así lo detalla también la resolución de MTSA que le ha llegado esta semana: "Hay que recordar que en las coberturas del SOVI (Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez), que cubre incluso en aquellos casos en que no exista responsabilidad por parte del transportista, solo entran gastos derivados de asistencia sanitaria".

A pesar del varapalo, Paco el de los ciegos seguirá con su lucha. Al fin y al cabo, la silla de ruedas es parte de su vida.