Un 21,60 por ciento de los españoles reconocen que robarían en algún establecimiento si tuvieran la certeza de que no iban a ser descubiertos, según revela un estudio del Instituto Sondea para Securitas Direct sobre seguridad en negocios.

Para la profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Comillas ICAI-ICADE, el hecho de que haya personas que acepten que son capaces de robar es un tema cultural. "Dudo mucho -afirma- que estos resultados se den en otros países. En España está muy instalado en la cultura popular que hacer daño de esa forma está permitido. Todos conocemos personas o empresarios que, ni cortas ni perezosas, reconocen que defraudan a Hacienda o a la Seguridad Social y no reciben castigo social por ello, más bien todo lo contrario".

A su juicio, la gente no tiene asociado un castigo al robo o al fraude ya que "la probabilidad de castigo es muy baja en ambos casos". Según los datos que aporta el informe de Sondea, apunta, es una evidencia "que los españoles no tenemos muy interiorizado lo que significa cumplir las leyes. La interiorización de la norma es un proceso que se produce entre los 3 y los 6 años de edad, cuando lo que se pretende es que el niño cumpla con las normas sin necesidad de que los padres estén presentes".

En este caso, añade que ya de adultos, lo que se desprende del dato "es que no aprendieron bien la lección en su momento".

Por su parte, Nina Llordachs, directora del área de Negocios de Securitas, indica que la central receptora de alarmas de Securitas Direct "controla casi 20.000 saltos de alarma reales al año, es decir, saltos verificados por intrusión o por intento frustrado de robo. De esa cifra, aproximadamente el 60% se producen en alarmas instaladas en negocios, y más de la mitad de éstos, en negocios abiertos al público". Securitas presta servicio a más de 260.000 pequeños negocios en nuestro país.

Según los datos del último Barómetro mundial del hurto en la distribución, elaborado por The Smart Cube con el apoyo de Checkpoint Systems, España es el tercer país de Europa y sexto del mundo en pérdida desconocida en comercios, es decir, la provocada por hurtos de empleados y clientes, y por errores de inventario. Cada año, los comercios españoles declaran unas pérdidas por este concepto de 2.487 millones de euros.

Por otro lado, también se percibe un aumento de la actividad de bandas organizadas que, además, cada vez cuentan con medios más tecnológicos para perpetrar sus golpes. "Estos grupos cuentan con métodos sofisticados y profesionales para delinquir, como inhibidores de frecuencia, distintas herramientas para destrozar puertas y escaparates, hacer alunizajes o butrones", comenta Nina Llordachs.

"Cuando se trata de protección y seguridad -añade-, son fundamentales la calidad de la alarma, el servicio y los tiempos de respuesta; que el equipo humano que está detrás responda de forma inmediata y cuente con vigilantes de seguridad y avise a la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Respecto al equipamiento, es indispensable que la empresa de seguridad tenga alternativas contundentes ante la inhibición de la transmisión de señal de la alarma o corte de cable".

Agrega que también es importante reforzar la seguridad en puertas, escaparates y accesos, así como contar con cámaras de vídeo-vigilancia "que sirven, además, para el control del hurto dentro del negocio, o de supervisión de lo que está sucediendo cuando el dueño no está presente".