La Audiencia Provincial de Baleares juzgará desde mañana y hasta el viernes al expárroco de Can Picafort, acusado de abusar sexualmente y de forma reiterada, entre 1997 y 1998, de una monaguilla que entonces tenía diez años. La Fiscalía reclama para él 42 años de cárcel.

En concreto, el juicio tendrá lugar a partir de las 10.00 horas en la Sección Segunda de la Audiencia. Sobre el inculpado, Pedro Barceló, pesan presuntos delitos de abusos y agresión sexual, por los que el Ministerio Público solicita además que se le prohíba acercarse a la menor a una distancia inferior a 500 metros.

Según la acusación, el sacerdote, quien fue destinado en junio de 1996 a ejercer su ministerio como párroco de la Iglesia de l''Assumpció de Maria, a principios de 1997 entabló relación con su víctima al acudir ésta a la catequesis de forma regular y realizar labores de monaguilla junto a otro grupo de menores. En un primer momento, tal y como relata la Fiscalía en su escrito de calificación provisional, Barceló, administrador parroquial de Can Picafort, realizaba tocamientos a la menor aprovechando excusas como enseñarle unas diapositivas o enseñarle a conducir.

El acusado también aprovechó las ocasiones en que los niños, en un ambiente distendido, jugaban al tenis, iban a la piscina del vecino o dormían la siesta en una de las habitaciones para abusar de la niña. Al rechazarlo la víctima, el párroco insistía sin soltarla, sujetándola fuertemente de los brazos para que no pudiera moverse ni escapar.

Los episodios tenían lugar en reiteradas ocasiones, de forma semanal, normalmente en la habitación del acusado e incluso en el domicilio de sus padres.

En verano de 1997, prosigue el Ministerio Público, el eclesiástico fue sorprendido cuando abusaba de la menor en el sofá de la parroquia, momento en el que no fue denunciado, por lo que ante "una inmensa sensación de impunidad" y al transcurrir el tiempo sin consecuencias, a principios de 1998 abusó sexualmente de la menor hasta en diez ocasiones.