Emoción hasta las lágrimas y, sobre todo, recuerdo sentido a quien fuera maestra, amiga o familia. Casi setenta personas -pese a ser domingo por la mañana- se congregaron en el pueblo marinero para asistir al homenaje que la comunidad educativa del CEIP San Andrés le brindó a María Dolores Solinis Llata (Santander, 1939-2015), una "cántabra de Anaga " que durante 32 años fue docente allí cuando se llamaba República Argentina. Jubilada en 2004 se mantuvo activa y ayudando a "su" colegio hasta que la enfermedad se cebó en ella y se la llevó en diciembre del año pasado. El Aula de Naturaleza del centro lleva ya su nombre. El de "Doña Lolita" como la conocían todos.

Pilar Guillén Morales es la actual directora y recuerda "la gran emoción que trasmitió el discurso de Charo, compañera suya en las aulas durante treinta años". Así, añade, "su sobrina, que vino desde Santander, no pudo contener las lágrimas durante casi todo el acto y nosotros tampoco".

Dolores o Lolita era una joven de algo más de veinte años cuando en aquella España de posguerra se subió a un barco y llegó a Canarias. Quería como destino Santa Cruz, la capital de Tenerife, pero en realidad el centro -Charo recordó su primer café en la calle Miraflores de 1963- no era una parte tan especial del municipio como es Anaga. De la que se enamoró. Entre 1963 y 1972 dio clase en Taganana y a partir del curso 72-73, hasta su jubilación, el 31 de agosto de 2004, en San Andrés. En total, 41 años dedicados a varias generaciones de jóvenes de Anaga.

Pilar recuerda que "nunca se desvinculó y cada semana desde 2004 venía para organizar nuestra biblioteca o siguió como voluntaria en la lucha contra el cáncer". La enfermedad se la llevó el 12 de diciembre del año pasado. Ahora, sus compañeros y muchos de los que recibieron sus enseñanzas se han unido por Lolita.

El Aula de Naturaleza del CEIP San Andrés lleva ya el nombre de María Dolores Solinis. Simplemente, Doña Lolita o, como la definió Charo, "una pequeña gran mujer".