Quizá sea por su condición de palmero por lo que el dramaturgo y periodista Antonio Tabares dice haber sentido siempre esa singular "atracción" por el mundo que rodea la ciencia de la astronomía.

Y sostiene que los escritores, como los astrónomos, lo que finalmente persiguen y anhelan "no es sino entender a esa especie tan rara que es el ser humano a partir de respuestas a ciertas preguntas fundamentales" y es que, en esencia, unos y otros "miramos hacia el universo para intentar entendernos a nosotros mismos".

El creador entre otras piezas de la obra teatral "La punta del iceberg", que ha sido llevada al cine con notable éxito, es el tercer escritor invitado a participar en el proyecto "En un lugar del Universo...", iniciativa que busca fusionar literatura y astronomía y que conmemora el IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

Antes ya lo hicieron Elsa López y Rosa Montero, además del escritor y periodista Juan Cruz, quien a propuesta del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) visitaba ayer el Observatorio del Roque de los Muchachos, donde era testigo del trabajo que los científicos llevan a cabo en los diferentes telescopios allí instalados.

"La vida de Galileo" de Bertol Brecht o "Los físicos" de Durrenmatt son algunas piezas teatrales en las que sus autores abordaron el mundo de la ciencia, un filón argumental sugerente para los creadores. Tabares reconoce que al escuchar las posibilidades argumentales que brindan esos mundos inexplorados e increíbles se le ponen los dientes largos: "Miramos con cierta envidia a los científicos". Y cuando pronuncia ese deseo los pensamientos se le van hacia un escenario en la energía atómica, la ingeniería genética, las secuencias del ADN...

El hecho objetivable es que "las leyes físicas están presentes en el día a día, que es posible aplicarlas de forma práctica y que, además, contienen nociones que nos ayudan", señala Tabares, de manera que constituyen elementos que pueden intervenir en cualquier tipo de relato.

Lo que sí sorprendió al dramaturgo palmero fue el nivel de excelencia técnica del IAC. "En una isla somos el centro del mundo de la astrofísica y debemos admitirlo y reconocerlo sin reparos y presumir de ello". En opinión de Antonio Tabares, "en la medida que trabajemos en común estaremos más cerca de lograr ese conocimiento y me parece que este proyecto tan bonito puede contribuir a eso". Por la tarde, visitó al observatorio del Teide, en Izaña, para conocer algunos telescopios.

La intención es superar esa frontera artificial entre letras y ciencias y ese divorcio del que siempre se ha hablado siempre entre ambas facetas.

El objetivo es que los escritores cristalicen su visión de la astronomía en un volumen de relatos cortos cuyo fin será una acción solidaria relacionada con el alzhéimer. El IAC quiere promocionar este volumen en Navidad.

Antonio Tabares

dramaturgo y periodista