El nuevo reglamento de permanencia de la Universidad de La Laguna (ULL) salvará a más de 4.000 alumnos. La modificación de esta norma, que establece los objetivos académicos que debe alcanzar un alumno para poder seguir estudiando en el centro, ya ha recibido el visto bueno del Consejo Social, será más flexible y permitirá que muchos alumnos sigan estudiando.

El cálculo de los jóvenes a los que se les negaría la posibilidad de continuar con sus estudios ha sido elaborado por el Vicerrectorado de Estudiantes de la universidad de Aguere. Su titular, Alfonso García, estima que alrededor de 3.000 han solicitado ya la prórroga que prevé la norma y no podrían matricularse. El resto podría solicitar esta opción aún, pero probablemente acabarían en la misma situación que los otros, apunta.

El reglamento que ha estado vigente hasta la fecha obliga a aprobar el 50% de las asinaturas, establece un máximo de tres matriculaciones por asignatura y obliga al estudiante a presentarse a todas las materias suspendidas.

La modificación, que era una demanda estudiantil y del equipo rectoral, ha conseguido sortear el principal escollo: el pleno del Consejo Social de la Universidad de La Laguna, que es el encargado de cambiar su articulado, aprobó en un pleno reciente un texto más laxo. El siguiente trámite corresponde al Consejo de Universidades. Ese informe no es vinculante, pero sí preceptivo para que se publique en el Boletín Oficial del Estado y entre en vigor.

Según ha podido saber este periódico por fuentes extraoficiales, con la nueva norma no será obligatorio que el alumno se presente a todas las asignaturas, pero sí a las que se incluyan dentro de la denominada "formación básica" y que se consideran imprescinsibles para continuar avanzando en los conocimientos. Además, no habrá un tope de tres matrículas por materia, como ocurre ahora.

El equipo rectoral de la institución se ha manifestado en contra del reglamento vigente desde que tomó posesión. Los motivos son que consideran que la ULL contaba con una de las normas de permanencia más reestrictivas de todo el territorio español, algo poco lógico si se tiene en cuenta que un alumno que sea expulsado de la ULL no puede inscribirse en otra cercana, como sí sucede en Madrid, sin necesidad de coger un avión. Con el nuevo reglamento casi aprobado, la ULL ha optado por posponer hasta el 29 de agosto el inicio del plazo de matrícula para los alumnos que no sean de nuevo ingreso. La idea es que entonces la nueva norma esté vigente y los estudiantes afectados puedan continuar. Los de nuevo ingreso, en cambio, podrán matricularse desde hoy.