Llamar la atención del bebé con recursos escénicos tan primarios como la mirada, la expresión corporal o el olor, además del sonido, son la base del espectáculo "Aupapá", que la compañía asturiana Zig Zag Danza presentará mañana, domingo, en tres sesiones (11:30, 17:00 y 18:00 horas), en el teatro Victoria de Santa Cruz, que hoy, sábado, acogerá la pieza "Allí, donde las flores se mueren", a cargo de Carmen Werner y Provisional Danza, a las 20:30 horas, como fin de temporada.

"Aupapá" es un montaje de danza para bebés con edades comprendidas entre los 0 y los 3 años, que deberán estar acompañados por su padre o su madre durante el desarrollo de la propuesta, con un aforo máximo por sesión de ocho niños que gatean y dieciséis que caminan. Es muy importante reservar la plaza en el teatro Victoria antes de asistir al montaje cuya entrada cuesta cinco euros.

El espacio escénico en el que se desarrolla esta singular propuesta es un rectángulo de dos metros y medio de lado por ochenta centímetros del altura, en cuya parte superior hay una superficie de cristal de seguridad transparente, y en las paredes cinco agujeros por cada lado. La actriz-bailarina Estrella García actúa dentro de dicho espacio.

"Lo que permite este volumen escenográfico es que los bebés que gatean, que todavía no se ponen de pie, lo vean desde su condición natural. Miran para adentro y se sientan en la superficie acristalada, en donde pueden desplazarse por ese espacio, por donde me van a seguir, vigilados por su papás o mamás. Los que caminan y se mantienen de pie lo verán de una forma subjetiva, a través de los agujeros que hay en cada una de las caras del perímetro, por donde se pueden mover libremente, según se desarrolla la acción".

"Aupapá" es el producto de varios años de investigación y de representaciones en las que García ha descubierto detalles del comportamiento de los bebés que la han ayudado a desarrollar su papel, bastante complicado.

"Utilizo el lenguaje no verbal más primario, el lenguaje de los ojos, de la expresión y tengo que trabajar con cada niño independientemente, porque está conectado cuando interactúa conmigo. Durante la representación trato de abordar a todos los niños al menos una vez y utilizo todo el lenguaje del cuerpo, pero principalmente está el lenguaje de la cara, las manos y los pies, ya que por los agujeritos que miran puedo sacar mi brazo o mi pie, o una tela azul, de la que algunos tiran de ella, o pueden meter su mano".

García se muestra muy entusiasmada con esta lúdica experiencia escénica y sensorial, en la que nunca hay dos representaciones iguales, aunque juega un papel importante el lenguaje de la imitación. Ella se presenta en escena como una "niña (o) mayor que está dormida, se despierta y los descubre. La mejor manera es estar esperando su reacción, entonces van a ser ellos los que van a tener el dominio de la situación, aunque yo lo esté gestionando. Que se pregunten qué hago allí, por qué estoy allí..., aunque el comportamiento es totalmente diferente según la edad".

La experiencia le ha demostrado que a los bebés les gusta tocarle, sobre todo su pelo. También ha descubierto que en las regiones donde hay más luz, más sol, los bebés son más atrevidos, menos miedosos. "Vengo animada por ver cómo reaccionan aquí".

Estrella

García

actriz y bailarina de la compañía zig zag danza